En el acumulado de los dos primeros meses del año se matricularon en Colombia un total de 36.590 vehículos nuevos ante el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), lo que supone una variación interanual del 7,7%, frente a las 33.975 unidades que se reportaron en ese mismo periodo del año pasado, según cifras suministradas por Fenalco – Andi.
También podemos decir que, mientras el segmento de automóviles acumuló en estos dos meses un total de 15.794 unidades (0,5% de crecimiento interanual), el grupo de los utilitarios recreativos (SUV) reportó 13.342; si bien la cifra es inferior, la variación con respecto al mismo periodo del año pasado es del 8,3%.
Para enfocarnos en la marca que nos convoca en esta prueba, señalemos que la aproximación con el universo híbrido en el país la inició Toyota a finales de 2019 con el lanzamiento del sedán Corolla, que en menos de un mes se posicionó como líder de esa parcela; luego llegó en enero de 2021 la RAV4, siguió en mayo el Corolla Cross y, finalmente, el último en llegar a finales del año pasado fue el Yaris Cross.
Digamos también que, en el acumulado del año pasado, Toyota reportó un total de 6.960 matrículas de vehículos híbridos, lo que le permitió liderar por mucho el segmento de los híbridos y eléctricos en el país, escoltado por Suzuki (2.314) y Ford (1.584). Por otra parte, vale añadir que de las 1.509 unidades Toyota matriculadas en Colombia en febrero pasado, 448 corresponden a híbridos, esto es 29,7%.
Ahora bien, entre enero y febrero de este año, en el país se matricularon 2.691 unidades de vehículos híbridos, subsegmento que creció 79,6% con respecto a las 1.498 unidades del primer bimestre de 2021 y el alza se eleva hasta el 261%, si lo comparamos con los dos primeros meses de 2020.
La conclusión de este preámbulo tiene que ver con la astuta estrategia de Toyota en Colombia, de traer productos interesantes y atractivos para atacar en forma simultánea al subsegmento que más crece en el país (híbridos) y a uno de los que genera mayor volumen (SUV). En esta ocasión tenemos a prueba su más reciente lanzamiento local, el Toyota Yaris Cross.
Toyota Yaris Cross XLS: exterior
Cuando se hacen las cosas bien, hasta la suerte está de su lado. Esa podría ser una de las máximas que le aplica a Toyota, si consideramos que, a principios de 2020, Toyota trajo de Brasil el Yaris para apoyar la estrategia de diversificación de producto que inició con Corolla en 2019, cuyo objetivo era ampliar una oferta de la marca que estaba exclusivamente limitada a modelos SUV.
En los dos últimos años vimos llegar el Yaris en diferentes versiones y en carrocerías hatchback y sedán, por lo que el arribo de la versión híbrida vendría a ser un complemento perfecto al portafolio de este subcompacto, solo que no hablamos del mismo modelo, pues el Yaris Cross es el “primo” francés (de hecho, es la primera vez que dicho país se convierte en origen de producto de Toyota para Colombia), que se configura sobre la plataforma TNGA-B y que se orienta a vehículos urbanos.
Algunos critican a los SUV tradicionales de Toyota (Land Cruiser, Prado o 4Runner) que sus actuales diseños parecen un poco rezagados, frente a la amplia oferta de sus competidores; pues bien, el Yaris Cross es la antítesis de dicho argumento, pues acá la “pinta” es lo de más.
Sus líneas bien proporcionadas enmarcan una carrocería que visualmente luce más larga que la del hatchback (en realidad, el Cross es solo 27 milímetros más largo), pero que sí es mucho más alta (105 mm adicionales, para ser exactos). Además, las dos versiones de este SUV híbrido (XS y XLS, la que tuvimos a prueba) se favorecen por incluir vistosos rines de aluminio bitono de 17 pulgadas.
Si el Yaris Cross llegara a Colombia en versiones a gasolina, seguramente competiría con modelos como Volkswagen Nivus o Hyundai Creta, pero como una de sus particularidades es que solo se ofrece con motorización híbrida, entonces el entorno cambia y su competidor más directo es el Hyundai Kona (que es 123 mm más largo y 30 mm más bajo), aunque también puede seducir a quien considere la compra de un Kia Stonic, que es 32 mm más corto, pero curiosamente tiene 20 mm más de distancia entre ejes que el híbrido de Toyota.
Más que un SUV familiar, debemos valorar al Yaris Cross como un crossover urbano muy “gomelo”; esto no lo decimos en forma peyorativa, sino ciertamente porque este vehículo tiene esa pinta y encanto que no lo hacen indiferente cuando circula por las vías, sobre todo con ese exclusivo color dorado (Brass Gold), que lo hace lucir como un trofeo en medio del tráfico y resalta de mejor manera sus formas.
Este Yaris Cross, que tiene entre sus pergaminos ser declarado Auto del Año 2021 en Europa, recurre a un frontal realmente simpático, el cual toma algunos rasgos estéticos de la RAV4; como buen crossover añade una serie de apliques y protectores plásticos en todo el contorno de la zona baja.
Uno de los aspectos a resaltar en el exterior del Yaris Cross es el paquete de luces que ofrece: todo en LED adelante/atrás, incluyendo exploradoras, luz de circulación día y luces altas automáticas (AHB), de muy buena gestión, pero no estaría de más considerar luces con función de giro, por lo menos en la versión tope de gama.
Toyota Yaris Cross XLS: habitáculo y equipamiento
Al igual que la Hyundai Kona, una particularidad del Toyota Yaris Cross es que la presentación de su habitáculo resulta mucho más conservadora que la propuesta de la carrocería; acá, conceptualmente, este crossover/SUV puede ser más parecido a su primo fabricado en Brasil, por lo que hay un criterio mucho más funcional y práctico, antes que de refinamiento.
El híbrido de Toyota dispone de 2.560 milímetros de distancia entre ejes y un ancho de 1.765 mm, mientras que la Kona ofrece 40 mm más de distancia entre ejes y es 35 mm más ancha; por su parte, el Stonic tiene 20 mm más entre ejes y es solo 5 mm más ancho.
Por su orientación, la capacidad ideal del Yaris Cross son cuatro ocupantes, pues un quinto ocupante, aparte de disponer de menos espacio, condiciona en algo su comodidad por la extensión de la consola central y por el túnel de la transmisión.
Mientras en la versión XS el tapizado es completamente en tela, en la XLS se combina tela a dos tonos con cuero ecológico en los laterales; esto último favorece mucho la presentación del interior. Se debe resaltar que la firmeza, sujeción y comodidad de las sillas de esta versión son muy favorables, en especial las delanteras, que añaden soporte lumbar eléctrico y calefacción.
Se agradece que los espaldares de los asientos traseros sean plegables en proporción 40/20/40 y con ello se amplía la funcionalidad del baúl, que ofrece una capacidad de carga de 397 litros. Aquí supera en 23 litros al Kona y en 45 litros al Stonic; además, nos pareció muy práctico el doble piso de dicha área, donde perfectamente se pueden encaletar objetos que no se quieran dejar a la vista.
Si bien hay mucha área plástica en la cabina, se mezclan tonos y texturas para que el conjunto luzca agradable y de muy buen tacto.
Al igual que su “primo” de Brasil, el buen reglaje (manual) de la silla del conductor, una consola central relativamente alta y el invaluable apoyo de los espejos laterales, ofrecen en el Yaris Cross un puesto de conducción con buena visibilidad frontal y lateral; en contraparte, la ascendente línea de los hombros en la zaga, el diseño de la compuerta del baúl y los apoyacabezas (cuando se levantan) comprometen un poco la vista posterior.
Por otro lado, como se hace cada vez más costumbre en los vehículos modernos, el área reservada a los vidrios es relativamente pequeña y ello puede comprometer la visibilidad si hay niños ubicados en la parte posterior. Por fortuna, esta versión incluye un enorme techo panorámico, que aporta una cuota de claridad y calidez; por cierto, el habitáculo tiende a ser caluroso y ello obliga a accionar seguido el A/A automático y bizona, es una lástima que no se disponga de una salida independiente para la zona posterior.
Dentro del equipamiento a bordo, destacamos lo práctico y eficiente que resulta configurar el celular, si bien la pantalla de 8” (mismo tamaño que la de la Kona) del sistema de infoentretenimiento recurre a una interfaz con gráficos que lucen más bien sencillos, pero con controles y botones que facilitan mucho la exploración.
Toyota Yaris Cross XLS: mecánica y seguridad
Mientras el Yaris brasileño se anima con un motor 1,5 litros de cuatro cilindros, su pariente francés empaqueta esa misma cilindrada en un esquema tricilíndrico más moderno, aunque no es turbo, que exige el uso de gasolina extra para desempeñarse convenientemente, considerando que tiene una elevada relación de compresión (14,0:1).
Los 90 caballos de potencia y los 120 Nm de torque de este propulsor de combustión de ciclo Atkinson parecen relativamente pocos, pero lo bueno es que trabajan solidarios con un par de motores eléctricos, que generan una potencia máxima de 79 caballos y hasta 141 Nm de torque.
En conjunto, el esquema de combustión del Yaris Cross más su sistema eléctrico (que se alimenta de una batería de 48 celdas que genera 177,6 voltios) le otorgan 114 hp de potencia máxima; con estas cifras, este crossover queda con una relación peso/potencia de 10,65 kg/hp, frente a los 10,30 kg/hp del Stonic y los 9,42 kg/hp de la Kona. El complemento de este híbrido de Toyota, con tracción sencilla, es una transmisión de tipo e-CVT.
En lo que resulta muy conveniente el Yaris Cross es en materia de seguridad, pues desde el modelo de entrada incluye recursos como frenos ABS, con EBD, asistente de frenado, controles de estabilidad y de tracción, monitoreo de presión de llantas, asistentes de arranque en pendiente, monitor de punto ciego y ocho airbags. En el caso de la versión XLS, el listado adicional no tiene nada que envidiarle al de los modelos premium, al sumar el sistema de precolisión (que reconoce vehículos, peatones y ciclistas), alerta de salida de carril, asistencia de trazado en línea y alerta de tráfico cruzado, entre otras.
Toyota Yaris Cross XLS: desempeño
Concebido para desplazamientos urbanos, el Toyota Yaris Cross se mueve como pez en el agua en las calles congestionadas y estrechas, favorecido por la pronta reacción de su aceleración y el buen diámetro de giro (10,6 metros). Su esquema motriz es muy complaciente con el conductor de turno; solo basta ajustar alguno de los cuatro modos de manejo (Eco, normal, Power y EV) para que el empuje adecuado desplace el auto sin mayor problema.
Si bien su cuota de potencia es relativamente discreta, planea sin problema a velocidades entre 120 y 130 km/h; sin embargo, la gestión solidaria y muy sincronizada del motor de combustión y el esquema híbrido le permiten progresar a buen ritmo desde la inmovilidad o salir airoso cuando se le exige algo más de poderío al hacer un adelantamiento.
Como es norma en los eléctricos, en el tablero de instrumentos se reemplaza el tacómetro por una aguja que indica cuando el manejo es ideal (ECO), cuando el auto demanda potencia del motor de combustible (PWR) o cuando el frenado regenerativo recarga la batería (CHG). El truco acá es lograr siempre mantenerse en la zona verde; en nuestra prueba logramos un consumo promedio de 82 km/galón.
Puede que el manejo del Cross no sea tan reactivo y que no se pueda progresar a través de las marchas, como lo hicimos en la prueba de su “primo” hatchback (Yaris Sport), porque acá el criterio es funcional y práctico, pero en todo caso la conducción resulta agradable y hasta divertida si uno se lo propone, sobre todo con la tranquilidad que brindan sus frenos y las asistencias a bordo. Aparte de que su esquema tricilíndrico resulta rumoroso al interior de la cabina, otro detalle que no nos convenció (creemos era una falla puntual de esta unidad) fue el claxon, porque su sonido realmente deja mucho que desear.
Por otra parte, la gestión de la transmisión e-CVT del Yaris Cross es muy progresiva y solo es a través de la contundencia con la que se regule el acelerador que se tiene más o menos brío; sin embargo, ciertamente se nota mucho más reactiva la marcha en el modo Power. Otro aspecto a tener en cuenta es que al superar los 50 km/h se desactiva el modo eléctrico.
En cuanto a la suspensión, se vale de un esquema McPherson adelante y barra de torsión atrás, con barra estabilizadora en ambos extremos; con un reglaje que le sienta muy bien en calles urbanas decentes y en carretera, pero que exige tener cuidado al acometer baches demandantes.
El Toyota Yaris Cross nos gusta por ser una vistosa propuesta que amplía la oferta de la marca. Es un carro para dejarse ver y para desplazarse relajado en el tráfico urbano, con la convicción de estar muy cómodo y seguro, a la vez que se contamina menos el planeta.