Desde que llegó al mercado colombiano, en 2012, BYD se orientó a promover el desarrollo del transporte cero emisiones a nivel local. En su momento, el usuario la asumió como otra marca china más que buscaba un espacio en el mercado local; sin embargo, tanto en el plano internacional como en el nacional, BYD cambió radicalmente su imagen en los últimos años.
Consideramos que el punto de quiebre que catapultó la imagen global del fabricante chino se produjo en el 2020, justo cuando BYD lanzó sus avanzadas baterías Blade, que no sólo son referentes en el rubro de los vehículos eléctricos (EV), sino que además las usan diferentes marcas. Luego vino una revolución estética en la oferta de sus modelos, que se materializó primero en su modelo Han EV, el cual llegó a ganar el premio IF Design Award 2021, siendo el primer sedán de una marca china en lograr tal reconocimiento.
El resto es una historia llena de lanzamientos de nuevos modelos y récords en términos de producción y ventas, al punto que apenas hace unos días, BYD anunció que ya superó los siete millones de vehículos electrificados producidos (híbridos, PHEV e 100% eléctricos), siendo el primer fabricante en lograr tal hito.
En Colombia, el punto de giro para los autos y las camionetas de BYD también se produjo en el 2020, cuando el grupo Motorysa asumió la representación local de la marca; desde entonces, ha liderado el rubro de vehículos a batería (BEV, nicho que encabeza actualmente con 21,2% de participación de mercado) y trae con prontitud al país los últimos modelos que lanza la marca a nivel global.
BYD Seal: mucho más que una carrocería bonita
El sedán eléctrico de última generación de BYD arribó a Colombia a inicios del segundo semestre del año pasado, luego de que se presentarán el Han EV y el Dolphin; por cierto, así como en este último hatchback eléctrico, el diseño del Seal también se inspiró en la “estética marina”, que es la esencia de la familia Ocean de la marca.
Con el antecedente de ser el primer vehículo chino en llegar a ser finalista del Auto del Año en Europa 2024 y también del Auto Mundial del Año 2024, en los World Car Awards, no sorprende el impacto que causa en las vías bogotanas el vistoso BYD Seal; entonces se entiende por qué en los mercados internacionales, muchos lo relacionan como el rival de mayor peso para enfrentar al “todopoderoso” Tesla Model 3.
Dimensiones
- Largo: 4.800 mm
- Ancho: 1.875 mm
- Alto: 1.460 mm
- Capacidad del baúl (delantero/trasero): 402/53 litros
Tenemos la silueta de un sedán de generosas proporciones, ideal para cuatro pasajeros (si bien cinco ocupantes viajan sin problema), que se destaca por ofrecer una identidad propia muy particular, caracterizada por la mezcla de trazos muy fluidos y otras nervaduras bien marcadas en el capó.
En el frontal, la parrilla cede su protagonismo a la iluminación frontal, que se divide en dos niveles. En este caso, las luces de conducción diurna asumen un sinuoso patrón lineal en las marcadas tomas de aire y en el contorno de las luces principales, en cuyo extremo se acomodan unas sutiles ventilas que permiten canalizar el flujo del aire de mejor manera.
La vista lateral delinea una silueta suave y progresiva, que se adorna con rines de aleación bicolor de 19”; hay una particular pieza debajo de las puertas que hace las veces de estribo, la cual remata en una especie de escamas que aportan una nota de deportividad. Otro detalle llamativo acá es la presencia de manijas integradas u ocultas, en el color de la carrocería. También incluye apertura neumática del capó, techo panorámico y parrilla activa.
La parte posterior es considerablemente más sobria, con unidades luminosas que se integran en la compuerta del baúl y atrapan todas las miradas; la línea de cintura ligeramente ascendente culmina con una defensa algo abultada; el remate es una muy vistosa simulación de difusor trasero negro.
BYD Seal: buenos materiales y acabados interiores
Por dentro, el BYD Seal es toda una caja de sorpresas y de cuestiones que a veces te generan más preguntas que respuestas. Comencemos con el diseño, que nos parece muy bien elaborado; en general, coherente con la carrocería, las líneas y los trazos de la cabina son muy fluidos, con la interacción de muchos planos, materiales y acabados.
Nos parece muy atractiva esa tonalidad gris/azulosa que impregna el ambiente, no lo hace lucir tan acartonado y está lejos del típico habitáculo de tonos claros que les encanta a los chinos. Acá se debe hacer una mención aparte a los materiales, las texturas y los acabados, que indudablemente lucen de buena calidad y perfectamente se pueden equiparar a los que ofrecen los mejores productos de las marcas norteamericanas o japonesas. Todo se siente muy sólido y las zonas que tienen plásticos duros no muestran brillos excesivos o rebabas que acusen un mal control de calidad.
El nivel de calidad y ensamble tampoco tiene reproche, todo luce bien ajustado y con buen nivel de detalle; nos sorprendió, por ejemplo, el artesanal trabajo del volante, con un particular bordado decorativo, así como los acabados de las deportivas sillas delanteras, tapizadas en cuero, con pesputes en costuras de contraste, rebordes claros y un acertado diseño de rombos que mimetiza el microperforado de la calefacción/ventilación, también en las plazas traseras. El complemento es un reglaje eléctrico completo y muy conveniente, de ocho posiciones el del conductor (seis el del acompañante), con memoria.
En cuanto al equipamiento a bordo, la lista es generosa, así que nos centraremos en lo más relevante. Podemos empezar con la palanca de cambios de cristal y la pantalla central de 15,6” con rotación eléctrica y compatible con Apple CarPlay y Android Auto, aunque solo de forma alámbrica. Este enorme monitor tiene hasta función de karaoke, Spotify y navegación de forma nativa. De igual forma, se puede configurar la interfaz con distintos temas, imágenes de fondo y hasta en modo oscuro; por cierto, emula tanto el funcionamiento de un celular que hasta se pueden guardar galerías de fotos, videos y más.
Tanto el hardware como software están bien optimizados, no hay retrasos en la detección de comandos ni caídas frecuentes en las animaciones, incluso en las imágenes 3D de la visión 360°, todo se ve en alta definición y a buena velocidad. A ello se suma una interfaz sencilla de entender y con atajos rápidos para lo más relevante en la configuración del auto.
En todo caso, debido al minimalismo que se impone al interior de los autos, prácticamente todo toca hacerlo a través de la pantalla central, desde cambiar la dirección en que soplan las salidas de aire hasta ajustar detalles de las asistencias avanzadas, lo que supone realizar varios pasos; esa es una consecuencia de la actual tendencia estilística del sector, que privilegia los tableros visualmente limpios y estéticos antes que funcionales.
Frente al conductor tenemos un volante muy grueso, multifuncional y que ofrece buenas sensaciones de la vía; atrás lo respalda una pantalla de 10,25” que hace las veces de cuadro de instrumentos y también dispone de head-up display. Además, incluye dos cargadores inalámbricos para celular, selector de modos de manejo, freno de estacionamiento electrónico con sistema auto hold, iluminación ambiental, cámara de reversa (con imagen panorámica + transparente), sensores de parqueo (dos frontales y cuatro traseros) y hasta un sistema de audio Dynaudio con 12 parlantes, más que bueno.
Un detalle particular es el techo panorámico, que para descubrirlo no hay una cortina que se pueda jalar o un botón que lo accione a voluntad, por lo que es preciso quitar y poner de forma manual los parasoles. Eso se nos hace algo engorroso, para un auto de su nivel y precio.
BYD Seal: motorización y seguridad
La versión del Seal disponible en Colombia cuenta con dos motores, por lo que ofrece tracción AWD; ambos impulsores erogan en conjunto 522 hp de potencia y 670 Nm de torque. En este caso, una muy buena gestión de tracción y poderío le permiten acelerar de 0-100 km/h en 3,8 segundos y desarrollara una velocidad máxima de 180 km/h.
La batería en este modelo es de 82,5 kWh y tiene una autonomía estimada de 520 km (WTLC), según la marca, aunque en el mundo real debe estar entre unos 450 a 490 km, que para nada están mal. Realmente, las sensaciones de manejo del Seal nos gustaron mucho, hablando desde la perspectiva de quienes valoramos mucho la conducción.
La gestión del tren de potencia ofrece cuatro modos de manejo y entre sus refinamientos se destaca la inclusión de un sistema de control de adaptación de torque inteligente (iTAC), el cual, de forma predictiva, favorece la dinámica de marcha al reducir o transferir el torque, según las necesidades puntuales y sin tener que emplear los frenos ni el control de estabilidad; ello redunda en una entrega optimizada, mejores prestaciones, más seguridad y mayor comodidad de marcha.
Por su parte, el apartado de seguridad es de lo más completo que se puede encontrar en su categoría; para empezar, digamos que su esquema de frenos cuenta con discos ventilados y perforados, con mordazas fijas de cuatro pistones, al mejor estilo de un deportivo puro. En este apartado, de lo poco que no nos agradó fue la mordida de los frenos en modo Sport, que nos pareció muy agresiva, bastó con ponerlo en el modo más confortable para lograr una respuesta más satisfactoria.
El listado en seguridad también incluye frenos ABS + EBD, ocho airbags, sistema de monitoreo de presión de llantas, control electrónico de estabilidad, freno de potencia integrado, control de tracción, asistente de arranque en pendiente, control dinámico vehicular y sistema de navegación inteligente.
Además suma un generoso paquete de asistencias a la conducción, entre las que destacan: control crucero adaptativo, asistencia de mantenimiento de carril, asistencia de congestión de tráfico, advertencia de colisión frontal, frenado automático de emergencia, advertencia de cruce de tráfico trasero, monitoreo de zonas o puntos ciegos, advertencia de colisión por cambio de carril y advertencia de colisión trasera.
BYD Seal: manejo
La experiencia de manejo es de lo más destacado en el Seal. La sensación que brinda al volante es muy satisfactoria y tiene un nivel de comodidad digna de un segmento premium, pero con cierto nivel de firmeza que no incomoda, aunque se nota.
Así mismo, la posición de las baterías le dan un centro de gravedad muy bajo que le facilita tomar curvas con total neutralidad, sin tanto balanceo. Por su parte, la dirección es muy rápida y directa. En su buen desempeño juega un papel vital su revolucionaria plataforma-E 3.0, que es supremamente rígida e incluso, el paquete de baterías Blade hace parte de la estructura misma del conjunto.
En ciudad puede que la única queja se centre en el radio de giro, pues es un auto largo y no tan ágil en maniobras de estacionamiento; sin embargo, la comodidad, la insonorización y la buena respuesta están aseguradas. En carretera se siente bien plantado y siempre presto a responder, aunque en curvas cerradas, si se entra algo pasado, como todo buen EV (con 2.185 kilos de peso) tiende un poquito al subviraje.
Si bien la gestión de las asistencias a la conducción no es tan intrusiva, sí puede ser algo desgastante, más aún que se pueden presentar ciertos guiños extraños en la dirección, producto quizás de la lectura incompleta o errada que puede generar la mala infraestructura o algún bache en la vía. Por cierto, los escasos 12 centímetros de altura libre al piso obligan a ser muy prudentes al sobrepasar resaltos u obstáculos.
El BYD Seal es una alucinante demostración, no solo de la ingeniería de esta marca, sino de cómo la industria china cambia a pasos agigantados las reglas del juego en el mundo automotor y hace temblar incluso a los más grandes y experimentados actores de la industria.