Una ruta de dos horas y de aproximadamente 100 kilometros de distancia separan a Curitiba, en Brasil, de la Escuela de Conservación de la Naturaleza, ubicada en la Reserva Natural de Guaricica, en lo que se denomina Mata Atlántica, uno de los paisajes bioclimáticos (biomas) más ricos del mundo y que está en recuperación ecológica.
Ese fue el escenario que escogió Chevrolet para realizar la introducción regional de la tercera generación de su camioneta utilitaria Montana, que cumple 20 años de existencia. Claro que la Montana actual no es la misma camioneta que en sus inicios, nacida al amparo del Opel Corsa y sucesora de la Corsa Pick-Up, producto que resultó muy popular al sur de nuestro continente. Hoy la Montana evoluciona para llegar a un segmento muy interesante y que aun no está muy definido, el de los Sport Utility Pick-Up (SUP, en donde Chevrolet cambia el Sport por Smart); aquí encontramos a modelos como la Ram 700 y la Renault Oroch (líder en la parcela local), hasta vehiculos más grandes, de la talla de la Ford Maverick o la Hyundai Santa Cruz. Por supuesto que también se considera a la Ram 1000. Estos modelos son tecnicamente SUVs transformados en camionetas, un poco lo que hizo Honda con la Ridgeline, pero en formato más compacto.
Chevrolet llega tarde al baile de las SUP, pero como dicen por ahí, el que ríe al último, ríe mejor, y eso se nota en la fabricación de la Montana:
- Una plataforma moderna, como es la base GEM de la Tracker, pero ampliada en sus dimensiones:
- Hereda sus propulsores (1,2 turbo de 130 hp) y todos sus componentes tecnológicos, incluyendo lo que tiene que ver con conectividad y OnStar.
- Una estrategia definida dentro de un portafolios completo: Chevrolet es una marca conocida por sus camionetas y eso le permite apoyarse en otras pick-ups, como la D-Max (que salió de su portafolio) y la Colorado (que ahora le da batalla a la Toyota Hilux), ambas con motorización Diésel y tracción 4WD, dos atributos que no tiene la Montana, pero que fueron dejados de lado a propósito para poder segmentar mejor el producto y hacerla más competitiva.
- Al no tener tracción en las cuatro ruedas, puede contar con un platón de carga tan grande como el de una RAM 1000, la cual la supera en tamaño.
- Motor compacto para generar una cabina de mayores dimensiones.
- Medidas acotadas en el corazón del segmento: 4,7 metros de largo, 2,8 metros de distancia entre ejes, concebidas en consideración al tamaño promedio de los parqueaderos públicos a nivel regional.
- Suspensión trasera con amortiguadores de dos etapas, especialmente diseñados para evitar la sensación de "platón de carga vacío".
- Modularidad: soluciones Multi-flex y Multi-bed, con compuerta trasera amortiguada, luces, ganchos y una serie de bandejas para organizar la carga de manera muy inteligente y sorprendente.
- Lona tipo marítima, manual o automática, con sellado hermético y desagüe (un recurso del que especificamos más en su momento).
Ruta ideal para conocer sus prestaciones
Salir de Curitiba es una prueba en sí. Calles con distintas calidades asfálticas, tráfico y mucho relieve, así como una organización vial desafiante, permiten hacerse rápidamente una idea del comportamiento de la Montana. El motor 1,2 turbo tiene buena salida y sirve para arrancar fácil de semáforos o ganar posiciones, mientras que la dirección con asistencia variable confiere un muy buen radio de giro (11,5 m frente a los 12,2 m de la Ram 1000) y comodidad para tomar curvas con agilidad, si bien es de tacto sintético y no tan comunicativa. La suspensión hace lo suyo y, lo mejor de todo, es la limpieza de sus movimientos, en especial para frenar, sin cabeceos pronunciados.
En autopista se pueden lograr consumos entre los 55 y 65 km/galón, gracias a que el motor trabaja descansado, en las dos mil vueltas a 110 km/h. La caja de cambios automática de seis velocidades cuenta con modo manual, pero yo lo recomiendo usar solo para prefijar cambios, en caso de tener que subir una pendiente, donde se requiera más fuerza, porque demora algo en su funcionamiento. Es una transmisión diseñada para funcionar en D, que es donde mejor gestiona los 190 Nm del motor. Por supuesto que hay algo de ruido al acelerarla, por la naturaleza del motor tricilíndrico, pero es el único ruido, puesto que la insonorización es correcta. Además, la dirección se vuelve más firme, natural y obediente: nos gusta.
Al entrar a Roa da Graciosa, en camino a la Mata Atlantica, la señal telefónica se hace escasa, pero crece el verdor y los paisajes. La ruta es muy estrecha, lenta y muy sinuosa, con áreas de adoquines y asfalto serpenteante. El calor húmedo también se siente, aunque se nota poco con el buen sistema de climatización. El piso más rústico revela algo de sequedad en el eje trasero, sin azotes, pero con intromisión de ruido y movimientos menos suaves. Aun asi, sorprende el agarre de la camioneta y lo fácil que es llevarla a buen ritmo.
Claro que en donde se disfruta más es en caminos angostos, pero bien asfaltados, e incluso en el escarpado de tierra, donde la suavidad es la norma, lo que permite tener un manejo con aplomo y equilibrio. En algunos casos, incluso sentí que podia ser más comoda que una Tracker. Tiene llantas Michelin, asi que eso también juega a favor en materia dinámica.
Al detenernos a descansar podemos detallar los aspectos estéticos y de comodidad de la nueva Montana. Tiene una imagen muy moderna, con una cara familiar que toma rasgos de Trailblazer y Tracker, con faros independientes y acabados satinados. También cuenta con un parabrisas inclinado, un paral trasero menos vertical y detalles off-road marcados por los cromos oscuros, las molduras plásticas, los rines oscurecidos y la compuerta de carga con relieve en 3D, al mejor estilo Silverado. Tiene barras en el techo, en caso que necesites cargar más de los 874 litros (o 637 kilos) que permite acomodar el platón.
Por dentro aparecen los defectos propios de los modelos de origen Mercosur: los plásticos. Si bien la calidad percibida es buena y el armado es firme, el acople de algunas piezas deja mucho que desear, especialmente en el tablero o las uniones entre las puertas y el mismo tablero. Los asientos son pequeños, pero tienen buen espacio. En los de atrás, más que el espacio, se celebra la postura para los pasajeros que van a cada lado.
Lo que si se lleva buenos puntos es el nivel de equipamiento, al incluir tapicería en ecocuero, pantalla multimedia de 8", soporte 4G (que nos salvó la vida en la ruta), cargador inalámbrico, OnStar, monitor de punto ciego, completo paquete eléctrico y computador a bordo, entre otros. Si, además incluye ESP, seis airbags e Isofix de serie.
Montana debe llegar a Colombia durante mayo, pero aún es pronto para saber cómo se configura; sin embargo, las versiones ideales podrían ser LTZ y Premier, con caja manual y automática. Será un producto ideal para quienes quieran más versatilidad que un SUV, pero sin perder la comodidad y sencillez de uso: no todas las pick-ups son para trabajo duro y no todas tienen que ser toscas.
Será entonces cuando podamos conocer sus prestaciones en territorio nacional, pero todo lo que pudimos probar de ida y de vuelta a Curitiba, nos gustó mucho. A veces, tomarse su tiempo en mirar a los rivales (Renault Oroch, Ram 700) puede resultar muy provechoso.