Recientemente, les presentamos un artículo con la participación por región de los vehículos más vendidos en Colombia, el cual permite hacernos una idea de la distribución geográfica que tienen los modelos más exitosos en el mercado local y conocer las referencias preferidas en las distintas áreas metropolitanas del país.
Justamente, al hacer dicha nota, ciertas cifras llamaron nuestra atención en torno al Volkswagen T-Cross y por ello es nuestro invitado de turno. En primer lugar, el SUV de VW que llega al país procedente de Brasil, está a punto de ingresar al Top 10 de su segmento en el cuadro de los más vendidos (actualmente ocupa el puesto 11) y al finalizar octubre registró un total de 1.595 unidades matriculadas en el acumulado año.
Bueno, si bien el dato anterior es significativo, lo que más nos impactó es que 46,9% del total de esas matrículas se hizo en Medellín y 23,2% en Bogotá; es decir, 70% de las ventas del país se quedan en esas dos ciudades.
Tengamos en cuenta que el promedio de ambas capitales en el acumulado año es de 25,4% para Bogotá y 17,2% para Medellín; de hecho, en el artículo mencionado destacamos que el T-Cross es el modelo que registra la mayor concentración porcentual en la capital de Antioquia y también en Cúcuta (11,5%).
Volkswagen T-Cross: concebido para triunfar
Brasil sorprendió (y anticipó) al mundo en octubre de 2018 con el lanzamiento de esta camioneta compacta y solo unas semanas después la tuvimos en calidad de exhibición en el último Salón del Automóvil realizado Bogotá, fue cuando se anunció que llegaría en 2019, como evidentemente sucedió.
Lo primero a decir es que desde su concepción estamos frente a un modelo ganador, pues si bien es un producto global, tiene la ventaja de estar desarrollado sobre la plataforma modular MQB A0 (la misma del Polo y del Virtus), lo que implica ciertas diferencias frente al modelo que se comercializa en Europa; por ejemplo, el T-Cross “made in Brasil” tiene sutiles cambios estéticos y ofrece más espacio interior y mayor altura frente a su homólogo del Viejo Continente.
El T-Cross tiene 4.199 mm de largo, 1.760 mm de ancho, 1.598 de alto y 2.651 de distancia entre ejes; por lo que resulta 196 mm más corto, 35 mm más angosto, 58 mm más alto y tiene solo cuatro milímetros menos de distancia entre ejes que la Mazda CX-30, el SUV revelación de la parcela.
Como referencia también se puede decir que la distancia entre ejes del T-Cross supera en 90 mm a la de su prima Seat Arona y es 30 mm superior a la del Honda HR-V y el Nissan Kicks; todo ello, se traduce en mucho espacio para los pasajeros traseros.
Volkswagen T-Cross: interior y equipamiento
Los beneficios en torno a la comodidad para los pasajeros son perceptibles desde el acceso, considerando que las generosas puertas del SUV de Volkswagen tienen un gran ángulo de apertura. En igual sentido, para corroborar las buenas cuotas de comodidad, retrasamos al máximo la silla del conductor y nos quedaron poco más de 70 cm de espacio disponible para las piernas del ocupante posterior y hay un total de 92 cm entre dicha asiento y el techo.
Solo dos detalles condicionan el excelente espacio disponible a bordo: la prominencia del túnel de la transmisión y que la consola central (con salida de aire y dos puertos de carga USB, en las versiones automáticas) está proyectada hacia atrás, restringiendo el uso de la quinta plaza para un infante o alguien de contextura delgada.
El interior de la Volkswagen T-Cross resulta muy parecido al del Virtus, al recurrir al mismo concepto de trazos rectos, ambiente sobrio y plásticos duros al tacto en todas las superficies, con mucha presencia de insertos en piano black desde la versión Comfortline Plus, que fue la que probamos.
En todo caso, la calidad de ensamble, de ajuste y de insonorización se destacan; de hecho, detallamos que incluso el cordón de soldadura en los empates de las piezas del chasís está al nivel de los modelos de segmento superior.
La pantalla central es táctil, de 8” (de 10,2 pulgadas en la versión Highline), tiene muy buen brillo, es rápida y cuenta con App Connect, con lo que ofrece compatibilidad con Apple CarPlay, Android Auto y Mirror Link; de igual forma, tiene un completo computador de viaje con visualización monocromática y sobre el tablero se ubica el soporte para el celular, que, si bien puede ser funcional, rompe la armonía de los trazos en la cabina.
En cuanto a recursos a bordo, el T-Cross tiene un buen repertorio, al incluir desde la versión básica (Trendline MT): barras de techo funcionales, sistema antiaprisionamiento en todos los vidrios, luces antiniebla delanteras con luz de giro, luces de marcha diurna y traseras de tipo LED, sensor de luz, protectores de bajo laterales, retrovisores eléctricos (el derecho con función tilt down), piso del baúl ajustable en altura, sensores de parqueo y cámara de reversa, entre otros.
El listado se amplía progresivamente en la medida que se escala en versión, añadiendo levas en el timón, A/A Climatronic, sun roof, asistente de parqueo, control de mandos por voz, monitoreo de presión de llantas, sistema de sonido Beats con seis parlantes y subwoofer en el baúl, sistema de acceso y encendido con llave, entre otros. Por su parte, la versión Highline, remata con exclusivas amenidades, como silletería en cuero, embellecedores exteriores cromados, guantera con opción de refrigeración y detector de fatiga.
Volkswagen T-Cross: mecánica y seguridad
Otra de las grandes fortalezas de esta compacta camioneta es el apartado de seguridad. Importante decir que el T-Cross obtuvo la máxima calificación (5 estrellas) en seguridad para los ocupantes por parte de Latin NCAP, al contar de serie con recursos como: seis airbags, control electrónico de estabilidad, control de tracción, asistente de arranque en pendiente, asistente hidráulico de frenado y distribución electrónica de frenado.
El buen SUV de entrada de VW se anima con el veterano y comprobado motor 1.6 litros de cuatro cilindros que entrega 110 hp y 155 Nm de torque, poderío que se puede asociar a transmisiones manual de cinco marchas o automática Tiptronic de seis velocidades. En cualquier caso, la tracción es enviada al tren delantero.
Volkswagen T-Cross: desempeño
Se debe resaltar de entrada el buen puesto de manejo que ofrece el T-Cross, herencia típica de los modelos del Grupo VW. Si bien esta camioneta no ofrece reglaje eléctrico ni siquiera en la versión Highlline, el puesto de manejo de nuestra unidad a prueba si contaba con ajuste en altura y soporte lumbar.
Sin duda, las buenas maneras en la ruta del T-Cross se deben en gran medida por utilizar la plataforma MQB A0, que se favorece por su ligereza y la buena distribución de pesos; se destaca el buen trabajo y la rapidez de reacción de la dirección, que lo hace muy ágil al cruzar y maniobrar cuando se requiere.
Otro aspecto destacado es la suspensión, (McPherson, adelante, y semi-independiente en el tren trasero), favorecida por la buena altura del conjunto (medimos 24 cm desde el borde la carrocería hasta el piso); se nota que está ajustada para las particularidades de las vías latinoamericanas; en general, el esquema filtra con propiedad las irregularidades y transmite confianza para tomar curvas sin reproche.
Con una relación peso/potencia de 11,48 kilos por cada caballo, el T-Cross no está sobrado en potencia y puede sentirse algo lento de reacción al apremiar abruptamente el acelerador; en general, su mecánica está más orientada al tráfico urbano y si se lleva en el rango de las 2.000 rpm se muestra moderada en consumo. Estoy seguro que siendo decente con el acelerador es posible lograr un consumo mixto por encima de los 45 km/galón.
El Volkswagen T-Cross es un rival muy competitivo en su segmento, su oferta se nos antoja una de las más equilibradas en todo (diseño, equipamiento y desempeño), con destacadas notas en cuanto a espacio disponible para ocupantes y seguridad. A nuestro juicio, si Volkswagen logra distribuir más unidades T-Cross en ciudades diferentes a Medellín, Bogotá y Cúcuta, es seguro que logrará ampliar su cuota en el segmento donde compite.