Si nos devolvemos unos tres a cinco años en el tiempo, veríamos como la mayoría de las marcas más relevantes y de mayor alcance global se comprometían a tener un futuro completamente eléctrico en zonas como Europa o Norteamérica. De hecho, se hicieron grandes inversiones y prácticamente declararon que el motor a combustión estaba muerto. Hoy, el mundo es distinto y los fabricantes que confiaban ciegamente en la electrificación comienzan a reajustar sus planes. El último de ellos es Mercedes-Benz.
La marca alemana con estrella declaró que para el 2030 esperaban que el 100% de sus ventas de autos para pasajeros fueran de eléctricos en Europa y en mercados como Estados Unidos y Canadá.
Hoy la marca anuncia que mantendrán vivos y actualizados sus modelos con motores totalmente a combustión y los híbridos enchufables por tanto tiempo como sea posible, pues las proyecciones de la demanda de sus clientes les muestran que para el 2030 solo el 50% de sus ventas serían de autos eléctricos.
Desde Reuters se reporta que los deseos de los clientes y hasta de los inversionistas de la marca impulsaron esa decisión. Al igual que lo reportan otras marcas, que también comienzan a modificar sus planes de electrificación. Las razones principales de esta desaceleración son la falta de infraestructura pública para poderlos cargar, los costos elevados en reparaciones y la depreciación que sufren algunos modelos en particular.
