Esto sucede en Alberta, Canadá, lugar en donde las autoridades acaban de aprobar un impuesto que sólo afectará a los dueños de autos eléctricos. En este sentido, se les cobrarán 200 dólares canadienses al año para recaudar fondos y mantener los caminos de la localidad en buen estado. Esto debido al mayor peso de estos autos, frente a los de combustión, pues terminan por desgastar los caminos en forma prematura, tras el uso frecuente de las vías.
Los 200 dólares canadienses equivalen a poco más de 580.000 pesos colombianos al año. De acuerdo con el gobierno local, esa cifra se aproxima a lo que pagan los usuarios de autos a combustión, en impuestos sobre la gasolina.
Según los colegas de Auto News Canada, este nuevo impuesto recaudaría cerca de un millón de dólares canadienses en el ejercicio fiscal 2024-25, mientras que para el siguiente ciclo la cifra se elevaría a unos cinco millones y uno después alcanzarían los ocho millones. Este estimado se calcula con base en la curva de adopción de nuevos modelos eléctricos en esa localidad.
El desgaste de los caminos no solo es la única preocupación de las autoridades canadienses y de muchos otros países donde la electrificación avanza a un ritmo veloz. También lo son las infraestructuras, como parqueaderos. Con el mayor peso de los modelos eléctricos y el aumento generalizado en el peso de los autos a combustión, existe temor sobre algunas estructuras viejas, que no se diseñaron para soportar tanto peso.
Con tales referentes, no sorprendería conocer que, a futuro, más países y gobiernos locales adopten medidas similares.