En el marco del Día Mundial del Vehículo Eléctrico, del que ya te contamos en una nota aparte algunos antecedentes, echemos ahora una mirada al panorama en Colombia. Digamos en principio que la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos) anunció recientemente que Colombia acaba de superar las 10.000 unidades de vehículos eléctricos (BEV) que circulan en nuestras vías.
En realidad, tal hito es de suma importancia para nuestro país, si bien llega en un momento crítico para el sector automotor nacional, que atraviesa una crisis en ventas que parece complicarse cada vez más: en el acumulado de enero a agosto se matricularon 118.890 vehículos nuevos, lo que supone una contracción del -30,7%, en comparación con el mismo periodo del 2022.
El tema no parece tan crítico si consideramos la situación desde el entorno de todos los vehículos ecológicos (incluye híbridos, híbridos enchufables y vehículos a batería), allí las cifras de Andemos revelan que en los ocho primeros meses del año ese grupo de automotores acumuló 19.226 unidades nuevas matriculadas ante el Registro Único Nacional de Transito (Runt), cifra prácticamente igual a las 19.209 del mismo periodo del 2022.
Aparte de implementar medidas como bajar las tasas de interés y aumentar la confianza de los consumidores, los gremios creen necesario mantener y fortalecer los incentivos para los vehículos híbridos y eléctricos, con el fin de respaldar la transición energética en el transporte y así reducir la dependencia de combustibles fósiles. En ese orden de ideas, “recomendamos al gobierno nacional que las compensaciones económicas previstas para los taxistas se utilicen para la adquisición de taxis eléctricos", señala Oliverio García, Presidente de Andemos.
Acá es bueno recordar algunos logros en materia de la movilidad 100% eléctrica a nivel local:
- México, Colombia y Chile integran el podio en materia de vehículos eléctricos en Latinoamérica.
- Con 1.485 unidades, Bogotá tiene la segunda flota más grande de autobuses eléctricos en el mundo, después de China.
- Se estima que la flota de buses eléctricos que circula en Bogotá reduce en 88% el nivel de contaminantes que arrojan al aire sus homólogos de combustión.
- Se acaba de inaugurar en Colombia la Ruta Eléctrica Andina, un corredor de cargadores eléctricos que pretende integrar a nueve países de la región.
¿Cómo avanza la hoja de ruta de la transición energética?
Establezcamos que el punto de llegada de esta ruta se alinea con el compromiso del Gobierno Nacional de reducir 51% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030, así como lograr la carbono-neutralidad en el 2050. Es un hecho que lograr ese objetivo requiere el trabajo mancomunado de todos los actores del sector.
‘‘Este momento es fundamental para fortalecer y redirigir las bases de un futuro más sostenible y resiliente del país, mediante programas e incentivos sólidos y diferenciales para todas las tecnologías de emisiones en el país, priorizando la movilidad eléctrica’’, señala Karol García, directora de la Cámara de la Industria Automotriz de la Asociación Nacional de Industriales (Andi).
El punto es que la meta propuesta cada vez parece más difícil de lograr, puesto que en el nicho de los BEV se prendieron las alarmas, en la medida que la ralentización de la industria parece empezar a contagiar este nicho, que tenía
unas tasas de crecimiento muy significativas: según el más reciente informe de Fenalco-Andi, en los primeros ocho meses de este año se acumularon 2.122 BEV nuevos matriculados, lo que supone un decrecimiento de -12,5%, con respecto al mismo periodo del 2022.
Lo preocupante de las más recientes cifras es que entre enero y agosto del año pasado, los 2.426 registros indicaron un crecimiento del 272%, frente a lo que se acumuló en el mismo periodo del 2021.
El trabajo solidario es la pieza clave
Frente a este panorama, los gremios proponen trabajar una hoja de ruta integral y contundente, para lo cual se requiere tener una visión clara del futuro que se quiere para el país, así como mantener el diálogo abierto a propuestas y trabajar de manera articulada de tal forma que se le permita también a la industria automotriz ser competitiva.
En el marco de un conservatorio sobre el tema, que organizó recientemente la Andi, se resaltó la importancia que supone la colaboración entre las entidades gubernamentales, la academia y los sectores industriales para lograr una transición efectiva hacia la sostenibilidad. "Esto conlleva la necesidad de realizar cambios regulatorios, realizar estudios que sean participativos y cuenten con el consenso de diversos actores, así como fomentar la transformación de la matriz energética del país. En este contexto, la electrificación del transporte, en particular la electromovilidad, se muestra como una pieza esencial en este proceso de cambio", afirmó en el certamen Eduardo Enríquez, viceministro de transporte.
Con respecto al tema medular de esta transición (la infraestructura de carga), los expertos coinciden en la necesidad de fortalecer el ecosistema de la electromovilidad y lograr el trabajo participativo de fabricantes, operadores, aseguradoras, gobierno y otros actores; para construir una infraestructura de carga inteligente y alineada con el potencial de las energías renovables, de tal forma que permita acelerar la adopción de los vehículos eléctricos.
