Para nadie es un secreto que el sector automotor nacional atraviesa una fuerte contracción, pues hace más de un semestre las matrículas de unidades nuevas caen en forma considerable, al punto que, al cierre del primer cuatrimestre del año, la variación negativa acumulada llegó al -33,4%, según el más reciente informe de Fenalco-Andi.
En todo caso, si analizamos en detalle las cifras veremos que la crisis afecta más a unos segmentos que a otros; por ejemplo, mientras en el acumulado de enero a abril los automóviles retroceden a un ritmo de -50%, las camionetas familiares o SUV tienen una variación de -28%.
Precisamente, ese mejor desempeño de los SUV es el que motiva a marcas como SangYong para introducir en el país camionetas familiares con una propuesta diferente, versátil e interesante, como lo es su nuevo modelo Torres, vehículo con el que tuvimos la oportunidad de tener un primer contacto en su lanzamiento mundial, a finales del año pasado, en Chile, y que ahora probamos en nuestras calles y carreteras en su versión Supreme (4x4 AT).
Pese a su robusta imagen, se debe precisar que el Torres resulta mucho más cercano al Korando que al Rexton, puesto que adoptó la plataforma monocasco del primero (obvio, modificada y optimizada), en lugar del más resistente (pero pesado) esquema de chasis con largueros del Rexton. En todo caso, el conjunto se reforzó para darle la máxima rigidez y capacidad que se requiere para las aventuras off-road.
SsangYong Torres: mucho más que una imagen ruda
Destaquemos que el nombre de este modelo se inspiró en un sitio poco conocido para los colombianos, pero muy icónico para los habitantes más extremos de Suramérica, como lo es el Parque Nacional Torres del Paine, ubicado en la Patagonia chilena, cuyas escarpadas montañas y glaciares evocan la aventura y la libertad de explorar.
Precisamente, bajo el lema “Unexpected Adventure” (Aventura inesperada), la marca surcoreana concibió un vehículo que le ofrece al usuario mayor libertad y le permite expresar su anhelo por la aventura. Tan poético sumario se traduce en una carrocería cuya estética se inspira en modelos verdaderamente clásicos y algo rudos del fabricante, como lo son el Korando (de 1983, que no conocimos por estas latitudes), el Musso (1993) y el New Korando (de 1996, de muy grata impresión en nuestro país).
El Torres apropia el nuevo lenguaje de diseño de la marca, denominado "Powered by Toughness" (impulsado por la robustez). Concepto que es evidente en su distintiva parrilla, compuesta por seis segmentos que le confieren una apariencia única y llamativa. Justamente, muchos especulan que tal característica extrañamente lo acerca mucho al universo Jeep; sin embargo, es resultado de la reinterpretación de los modelos clásicos de SsangYong antes mencionados.
En la percepción de fortaleza también aportan los alargados faros delanteros en ángulo y alargados, así como las líneas de carácter y los ganchos decorativos del capó, que sirven para sujetar elementos que se carguen en las barras del techo. El conjunto lo complementa el particular decorado que hacen del paral “C” en color aluminio y la voluminosa compuerta trasera, que simula la carcasa que antaño servía para acomodar la llanta de repuesto.
En cuanto a dimensiones, digamos que la camioneta de SsangYong resulta un poco más larga (4.700 mm) que sus competidores Ford Bronco Sport (-317 mm) y Toyota RAV4 (-100 mm). Es la más ancha de las tres (1.890 mm) y 63 mm más bajita que la camioneta de Ford (1.783 mm). En cuanto a distancia entre ejes, el mayor espacio lo tiene la RAV4 (2.690 mm), le sigue el Torres (2.680 mm) y luego está el SUV del óvalo azul (2.670 mm).
SsangYong Torres: interior más orientado hacia la comodidad
Quienes conocen los modelos de SsangYong podrán corroborar que los más recientes modelos de la marca surcoreana han mejorado ostensiblemente la presentación y calidad de sus cabinas; el Torres no es la excepción. Vale señalar que salvo el sunroof y la cojinería (tela o ecocuero en poliuretano) presente en el modelo tope de gama, las dos versiones que se comercializan en Colombia (Elite y Supreme) comparten prácticamente el mismo listado de recursos al interior.
En el habitáculo, lo primero que sorprende es que, a diferencia de la carrocería, el concepto se orienta más hacia la comodidad que a la aventura; esto por la presentación, los materiales y los acabados. Al abordarlo nos parece que estamos más dentro de un SUV urbano.
Plásticos firmes y coberturas de buen tacto integran las cubiertas del tablero y la consola, incluso resulta interesante el uso de un acabado que emula la fibra de carbón en la parte frontal, para decorar la cabina, así como los insertos metalizados que aportan un toque de luminosidad a un ambiente dominado por varios tonos de gris, incluido el tapizado interno de los parales y del techo. Punto a favor: no hay exceso de uso y abuso del piano black.
La ergonomía y la visibilidad son muy destacados; de hecho, nos gusta mucho que los ganchos sobre el capó sirven de referencia visual cuando se transita en la vía. El conductor tiene a disposición tres pantallas: una de 12,5” para el cuadro de instrumentos (con grandes números, pero podría ser más configurable); por su parte, el monitor principal es flotante, de 9”, táctil y bien orientado hacia el conductor; es compatible con Auto CarPlay y Android Auto, con pulsadores digitales y botón físico para manejar el volumen. Acá también se proyecta la imagen de la cámara de reversa, con un excelente nivel de definición (HD).
Finalmente, está un panel de control táctil de 8”, que se ubica justo al final de la consola central y a través del cual se controla la climatización, los modos de manejo y recursos como el control de descenso y el programa AWD. Quizás por la ubicación de esta tercera pantalla puede resultar algo dispendioso “apuntar” exactamente al comando que se requiere, pero todo es cuestión de práctica.
En cuanto a comodidad a bordo, hay detalles bien interesantes; por ejemplo, se supone que la tecnología implícita en las sillas del Torres favorece el flujo sanguíneo de los pasajeros, con lo que se reduce la fatiga en los viajes largos, pero creemos que les falta algo más de soporte lumbar. Así mismo, los pasajeros de las plazas traseras las pueden reclinar hasta los 32,5° para mayor comodidad.
En cuanto a la capacidad de carga, sin el piso removible del área del baúl, en el Torres se dispone desde 839 litros (la Bronco inicia desde 920 litros), que se pueden ampliar hasta los 1.662 litros al abatir totalmente los asientos de la segunda fila; eso permite llevar a bordo hasta una bicicleta de montaña, por ejemplo. Dentro del equipamiento en la cabina, por lo menos en la versión Supreme, echamos de menos recursos como el cargador inalámbrico de celulares.
SsangYong Torres: tren de potencia y seguridad favorables
Aparte de aprovechar la plataforma del Korando, el nuevo Torres también comparte su tren de potencia. En este caso, nos referimos a un motor turbo de inyección directa de gasolina, de cuatro cilindros y 1,5 litros, el cual se optimizó para ganar más potencia (particularmente cuando se arranca en frío) y ofrecer un excelente rango de torque.
Con 160 hp, el nuevo SUV de SsangYong tiene 21 caballos menos que su rival de Ford, pero el Torres, con 280 Nm de torque supera en 22 Nm al candidato de Ford; incluso, nuestro invitado de turno tiene 37 Nm más de torque que el RAV4 Limited, el cual se anima con un propulsor de 2,5 litros.
La gestión mecánica del nuevo Torres se gestiona a través de una transmisión automática/secuencial de seis marchas con levas de cambio en el timón. Su esquema de tracción a las cuatro ruedas interviene por demanda, según las necesidades del terreno, pero cuando no se requiere, el poderío se orienta hacia las llantas delanteras.
En cuanto a recursos de seguridad, el repertorio del Torres es amplio y muy conveniente, pues incluye siete airbags, frenos de disco en todas las ruedas (ventilados adelante), ABS, EBD, ESP, asistente de frenado, control de tracción, sistema activo antivuelco, asistente de arranque/descenso en pendiente, control de estabilidad del tráiler y aviso de fatiga al conductor, entre otros.
SsangYong Torres: desempeño muy civilizado
Pese a la fortaleza de su imagen, en orden de marcha, el Torres ofrece un manejo disciplinado y bien regulado. Muchos podrán pensar que su motorcito (no lo decimos en forma peyorativa) no es suficiente para mover a buen ritmo un conjunto que pesa 1.610 kilos en vacío (lo que nos da una relación peso/potencia de 10 kg/hp), pero el as bajo la manga que esgrime este SUV con pinta de todoterreno es su buen torque, que está disponible desde las 1.500 revoluciones y que lo favorece mucho cuando se rueda en la parte baja del tacómetro; por cierto, la lectura con barritas digitales de este dispositivo resulta poco práctica de visualizar sobre la marcha.
Por la configuración de su esquema de suspensiones (adelante McPherson y atrás multilink) su desempeño se orienta más hacia un SUV urbano que hacia un todoterreno duro, por lo que resulta muy favorable cuando se conduce en ciudad, donde absorbe con total propiedad los baches y obstáculos de calles deterioradas e incluso rueda con mucha comodidad sobre escarpado firme; sin embargo, sus ángulos dinámicos (18,2° de ataque, 17,6° ventral y 21,7° de salida), una altura mínima al piso de 195 mm y los 300 mm de capacidad de vadeo lo condicionan para enfrentar trocha realmente exigente.
Recursos como las levas de cambio en el timón, la dirección electroasistida y los modos de manejo “inteligente” (Normal, Sport y Winter) favorecen una conducción relajada, en la cual se valora la muy buena insonorización de la cabina y el óptimo nivel de ajuste interior, aspectos en los que el fabricante muestra progresos significativos en este modelo.
El SangYong Torres es una opción atractiva para quienes buscan un vehículo con un diseño original que proyecte la libertad, la aventura y la fortaleza que brinda un todoterreno, pero que gusten transitar con la comodidad y la calidad de marcha que ofrece un SUV urbano.