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Toyota Mirai a hidrógeno, exclusivo primer contacto

Estuvimos en Argentina y manejamos el Mirai en la pista de pruebas que tiene la marca japonesa.

Toyota Mirai a hidrógeno, exclusivo primer contacto

El mundo de la movilidad personal está en plena etapa de transformación. Casi al igual que cuando empezaron a aparecer los autos, las posibilidades son muchas, en aquel momento, combustibles, electricidad y vapor competían, hoy las cosas parecen ir directo a la electricidad, pero en el camino hay muchas alternativas.

Además de los autos híbridos y los 100% eléctricos, están los eslabones intermedios que son los híbridos enchufables (tienen motor de combustión y baterías recargables que dan una autonomía eléctrica moderada. Pero quedan otras soluciones que van desde la combusitón limpia a la generación de electridad directamente a bordo, como lo que ofrece la tecnología e-Power de Nissan.

Hidrógeno: la tercera vía

Hay dos esperanzas puestas en el elemento más abundante del universo:

Convencida de que las baterías no serán el único futuro de la automoción, Toyota trabaja en ambas soluciones, inclusive produce y vende el Mirai, sedán con celda de hidrógeno que tuve oportunidad de conocer en persona e incluso acelerar a fondo en la pista de pruebas de la marca en la planta de Zárate, Argentina (donde se hacen las Toyota Hilux y Hilux GR-Sport, esta última de recién lanzamiento en nuestro país).

Celda de hidrógeno no es lo mismo que e-Power

Quizás algunos piensen que el uso de pilas de hidrógeno es lo mismo que el sistema híbrido como el que usa Nissan.

En ambos casos:

  • Las ruedas se accionan solo por motores eléctricos
  • Hay un generador de energía a bordo

La diferencia es que en el Toyota no se usa un motor sino celdas que solo emiten agua, mientras que en la otra tecnología japonesa se quema combustible en un cuatro cilindros, como el de cualquier auto.

¿Cómo funcionan las celdas de hidrógeno?

Cómo funcionan las celdas de hidrógeno?

Básicamente, cuando se combina hidrógeno con oxígeno se produce electricidad. Esto se hace mediante una membrana que captura los electrones y los canaliza hacia la batería. Al unirse el hidrogeno (H) con el oxígeno se produce (O) se forma H2O, más conocido como agua.

Lo que en teoría es simple, resulta complejo en la práctica por temas relacionados con el manejo de temperaturas y el uso de materiales exóticos, entre otros, pero funciona y el Mirai es muestra de eso.

Toyota Mirai: así es el sedán a hidrógeno

El motor del Mirai está en el eje trasero, lo que ves acá es el sistema de celda de hidrógeno que está debajo del capó.

Visto en vivo y directo, el Mirai es una cruza equilibrada entre moderno, elegante y futurista. Se destaca por ser largo (casi cinco metros), bajo y con proporciones de auto de combustión con motor delantero y tracción trasera: capó largo y zaga compacta.

Curiosamente el perfil fastback, con cierto aire de A7 Sportback, tiene una compuerta de baúl más bien pequeña. Adelante se lucen las luces independientes y el frontal tipo hocico de tiburón, mientras que en los laterales se destacan los enormes rines de 20".

Adentro, es un Toyota grande normal; de nuevo, hay tecnología y elementos de comodidad modernos, pero destila cierto ambiente clásico, sin derroche futurista en materiales o decorados de lujo.

Lo más curioso del Mirai es el poco espacio que destina a las plazas traseras, limitado hacia arriba por el techo bajo y descendente, y hacia los costados por el megatúnel central, alto y ancho que esconde el tanque de hidrógeno.

Acelerando el Mirai

Del otro lado del acelerador, el Mirai ofrece:

  • 184 hp y 300 Nm de torque
  • Acelera de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos
  • Velocidad máxima: 175 km/h
  • Autonomía: 650 kilómetros

¿Qué pasa cuando lo aceleramos? Lo primero que hay que tener en cuenta es que pesa 1.975 kilos, por lo que 184 caballos no son tantos, aunque como tiene 300 Nm de torque instantáneo su reacción es rápida.

En realidad, no hay nada de especial en manejar al Mirai, se siente como cualquier otro auto eléctrico y esas son buenas noticias. Te das cuenta que estás en algo diferente cuando ves el gráfico de la pantalla que muestra entrada de aire, tanque de gas, batería, electricidad, regeneración…

Una de las cosas que más me llamó la atención es el sonido que hacía el Mirai al acelerar, después me di cuenta de que es artificial y se puede regular desde un simple “silbido” a un rugido, según el modo de conducción que elijas.

Me encantó manejar un auto bajo con capó largo, quedan cada vez menos de esa estirpe; además, el motor y la tracción son traseros, como buen auto grande. El pedal de freno es de una esponjosidad extraña y la dirección es más que normal.

¿Tiene futuro el Mirai?

Si bien los autos 100% eléctricos han mejorado mucho, aún son deficitarios para cubrir largas distancias y en eso los modelos de pila de combustible tienen todavía alguna ventaja sobre los enchufables. El tanque del Mirai rinde mucho (alguien logró extraerle hasta 1.000 km) y se carga muy rápido, aunque el problema es dónde cargarlo.

En todo caso, el hidrógeno tiene varios inconvenientes, una estación de carga que entregue el gas a presión y temperatura es costosa y, además, el hidrógeno no existe en estado puro (al menos en la Tierra) y hay que “producirlo”.

Mi apuesta es que será útil y viable para flotas que tengan sus estaciones de carga, especialmente de camines o transporte. Además, hoy los e-Fuel parecen estar a punto de salvar la combustión sin contaminación y con recursos renovables.

Si bien en algunos paises ya se vende el Mirai, en Colombia solo hay algunas unidades para pruebas internas y que participan en los programas pilotos de generación de hidrógeno verde. No hay precios estipulados, pero en algunos mercados bordea los 50.000 dolares con incentivos incluidos, por supuesto que en zonas donde hay infraestructura de carga.

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