Hablar del Toyota Prado Sumo en Colombia es referirnos a uno de los modelos todoterreno más recordados y apreciados por los colombianos; sin duda, el hecho de ser producido localmente en la planta de Sofasa durante una década le adiciona un aura de respeto y aprecio, que se suman a su comprobado desempeño, particularmente en terrenos de difícil circulación.
Precisamente, en el más reciente informe del sector automotor nacional, presentado por Fenalco y Andi, en el acumulado del primer semestre del año, el Toyota Prado reportó un total de 912 unidades matriculadas en el país y con ello se ubica en el noveno lugar de preferencias en su segmento. Este dato es muy relevante, si se considera que, de lejos, es el utilitario deportivo más costoso que aparece en el top 20 de los SUV más vendidos en Colombia y es el modelo de la marca más comercializado en el país a lo largo de su historia.
Pues bien, el año pasado, en el marco de la Expedición Toyota 2019, la marca presentó en calidad de exhibición la más reciente generación Prado Sumo, con la intención de sondear el interés que podría tener entre los clientes el reingreso de este modelo al mercado, que corresponde a la exitosa carrocería de tres puertas del Prado.
El Toyota Prado Sumo se produjo en Colombia entre 1999 y 2009.
Justo cuando arrancaba el tema de la pandemia en nuestro territorio, en una demostración de compromiso y confianza en el país, Automotores Toyota Colombia introdujo en el mercado local tres nuevos modelos: la Hilux GRS II, la RAV4 XRoad y el Prado Sumo, nuestro invitado de turno.
Toyota Prado Sumo: estética y dimensiones
Desde el punto de vista de diseño, el Toyota Prado pertenece a la vieja escuela; es decir, no está concebido para seducir con líneas muy elaboradas o llamativas; lo suyo es transmitir robustez, capacidad y confiabilidad. Basta con mirar su sólida estampa para comprobar que cumple a cabalidad lo que promete.
Precisamente, una de las grandes fortalezas de este modelo es haber generado una imagen de solidez y resistencia, en virtud a lo cual su diseño no varía mucho en cada nueva generación y eso resulta muy acorde con el público objetivo al que se dirige en nuestro país: personas experimentadas que valoran la tradición de la marca y que prefieren lo que han comprobado por años como bueno y eficiente.
La versión corta de este SUV Toyota, de origen japonés, tiene 4.475 mm de longitud, 1,885 mm de ancho y 1.830 mm de alto, por lo que es 15 mm más bajo y 365 mm más corto que su hermano de cinco puertas. El punto a favor de sus dimensiones es que resulta mucho más ágil para circular en circuitos estrechos o al superar desafíos off road; en todo caso, su distancia de ejes (2.450 mm) es 340 milímetros menor que la del Prado “grande” y por ello su capacidad de carga (700 kilos) es menor en 140 kilos.
Toyota Prado Sumo: detalles y equipamiento
En general, el Prado Sumo se caracteriza por una línea de cintura alta, suficiente área de cristal enmarcada en tono negro y su clásico frontal de persiana oscura. La ausencia de molduras laterales y las sutiles extensiones en el área de los pasos de rueda, que permiten acomodar llantas 265/65R17, evidencian que este modelo está más que capacitado para la circulación off-road, terreno donde saca lo mejor de su repertorio.
En cuanto a detalles exteriores, las dos versiones de este SUV (TX y TX-L) incluyen recursos como parachoques del color de la carrocería, faros halógenos multirreflector, alerón trasero y retrovisores eléctricos retráctiles con desempañador. Así mismo, el Sumo TX-L añade detalles cromados en el frontal, exploradoras LED, manijas y espejos exteriores en el color de la carrocería, techo eléctrico, estribos laterales y cubierta plástica para la llanta de repuesto.
En el habitáculo, la comodidad es más que ideal para cuatro adultos y se destaca la disposición escalonada de las dos filas de asientos, que favorece la visibilidad frontal de los ocupantes de las sillas traseras. Así mismo, la versión TX cuenta con tapizados en tela, climatizador de accionamiento manual, ajuste eléctrico para la silla del conductor, equipo de audio Pioneer con pantalla de 7” y sistema de acceso y encendido sin llave.
Desde 2006 a junio de 2020 se comercializaron en Colombia 44.602 Toyota Prado.
Por su parte, el modelo TX-L añade silletería y timón en cuero, sistema de sonido de fábrica con pantalla táctil de 8”, climatizador automático y sensores de audio traseros. Aquí un punto a mejorar es que, considerando que la llanta de repuesto limita significativamente la visibilidad posterior, se agradecería mucho la presencia de una cámara para las maniobras de reversa.
Toyota Prado Sumo: seguridad y mecánica
En materia de seguridad, esta camioneta cuenta con siete airbags, frenos ABS con asistencia de frenado y EBD, así como controles de estabilidad y de tracción; quizá el repertorio de asistencias resulte escaso frente a lo que pueden ofrecer otras camionetas del segmento, pero es justo ese criterio práctico y espartano (bajo la premisa de que “menos es más”) el que seduce el usuario promedio del Prado Sumo, quien valora más la confiabilidad y la calidad comprobada de este vehículo, acostumbrado a no molestar por nada y tener una larga existencia.
Este SUV se anima con un motor 2TR-FE cuatro en línea de 2,7 litros y 16 válvulas que entrega 164 caballos de potencia y 25 kg-m de torque. Si bien es un propulsor veterano (lo que muchos usuarios asocian con confiabilidad), hace apenas un lustro fue optimizado con Dual VVT-i, un sistema inteligente de sincronización del tiempo valvular variable doble, en donde las válvulas de admisión y de escape se controlan electrónicamente. Quizás, este es uno de los recursos más útiles que esgrime este motor para sacar mejor provecho de toda su mecánica.
El complemento de esta planta de poder, que también brilla en productos como la Toyota Hilux y el Toyota SW4, es una caja automática/secuencial de seis velocidades y un práctico sistema de tracción 4x4 Full Time que se controla en forma electrónica.
Toyota Prado Sumo: desempeño
Desde el punto de vista físico, el buen Prado Sumo es un perfecto “escarabajo”, gracias a bondades como sus ángulos dinámicos (ataque: 32° y salida: 26°), su altura al piso (21 cm) y los cortos voladizos que facilitan su tránsito en vías sin asfaltar o al superar obstáculos.
Basta con poner el selector en modo H4F para tener una conducción segura y con buen agarre en terreno firme; en esta condición, su relación peso/potencia de 11,5 kilos por cada caballo no lo favorece para acelerar como velocista, pero es una condición ajena el carácter de este “campero moderno”, que saca lo mejor de su repertorio a medida que el camino se complica.
Cuando la perilla del selector de tracción se ubica en H4L, resulta el modo ideal para desplazarse a buen ritmo por el destapado suave y medio; aquí hay total control y se agradecen la buena configuración de la suspensión (independiente y de doble horquilla, adelante; de eje semi-rígido y con cuatro articulaciones, en el eje trasero), a nuestro juicio, otra de las fortalezas de este modelo.
En el país ruedan actualmente cerca de 81.000 Prado Sumo.
Finalmente, cuando el terreno se dificulta más de la cuenta, el modo L4L ofrece el mejor recurso para superar caminos muy agrestes o resbalosos; en este caso, su favorable relación de bajo (2,566) resulta ideal para multiplicar la fuerza de su esquema mecánico.
Aparte de su particular orientación y el buen posicionamiento que tiene entre los usuarios locales, el Toyota Prado Sumo demuestra que mantenerse apegado a su tradicional mantra QDR (siglas en inglés de calidad, durabilidad y confiabilidad) es la mejor estrategia para seguir ganando el favoritismo de un nicho muy particular, que valora su legado y está dispuesto a pagar por ello desde $176.400.000.
Un comentario al margen: para hacer esta prueba, Automotores Toyota Colombia nos entregó la unidad debidamente desinfectada, a través del servicio AirLife, que lo desinfecta en 20 minutos. Actualmente, este procedimiento se aplica a todos los clientes de la marca que lleven su vehículo a servicio, así como cada vez que un usuario se acerque a un concesionario para realizar una prueba de manejo.
Coméntanos, ¿cómo definirías el Toyota Prado Sumo en una sola frase?