Al igual que la Unión Europea y Estados Unidos, Canadá anuncia la entrada en vigor de nuevos impuestos para contrarrestar la política dirigida por China de exceso de capacidad.
El segundo país más grande del mundo impuso un arancel de 100% a las importaciones de vehículos eléctricos chinos, así como uno de 25% al acero y el aluminio que también provengan de dicho país asiático.
De acuerdo con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, “todos sabemos que China no juega con las mismas reglas” y si tomamos en cuenta que la economía canadiense depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, es lógico que se alinee con sus intereses.
La ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, señala que “la geopolítica y la geoeconomía han vuelto a cobrar protagonismo. Eso significa que los países occidentales –y en gran medida Estados Unidos– dan prioridad a las cadenas de suministro seguras y adoptan una actitud diferente respecto del exceso de capacidad china”.
Si bien, Tesla es el principal importador de autos eléctricos producidos en China, las autoridades de Canadá están preocupadas por la llegada de nuevas marcas chinas. Tal es el caso de BYD, que recientemente confirmó su intención de incursionar en ese mercado.
Adicional a estas medidas, el gobierno canadiense otorgará subsidios a grupos como Honda, Stellantis y Volkswagen para incentivar la producción en los complejos ubicados en su territorio.
Canada is taking strong action today to further protect our workers—particularly in the auto, auto parts, steel, and aluminum sectors—and to level the playing field. Learn more: https://t.co/Et8JHf2y1W pic.twitter.com/LWTQrZoOIJ
— Chrystia Freeland (@cafreeland) August 26, 2024