Lo que parecía ser la carta de Volvo para tener una submarca eléctrica de alto desempeño, al parecer no brinda los frutos que los suecos esperaban. Se sabe que tales esfuerzos toman tiempo, pero como Volvo también tiene planes propios, hoy Polestar no parece estar en la hoja de ruta de quienes fueron sus mentores.
En Bloomberg, hace tiempo revelaron que Polestar está en una situación crítica y necesita dejar de cotizar públicamente en la bolsa para sobrevivir, para regresar al seno del grupo Geely, porque no lograr competir fuertemente con Tesla y BYD como se pensaba. Hay buenos autos, moderna tecnología, conveniente diseño y un gran plan, pero la marca no logra el crecimiento necesario y no tiene el volumen para bajar sus costos, como lo han hecho sus rivales. Polestar vendió 54.600 autos en 2023, cuando su meta era alcanzar 80.000.
Volvo sigue siendo dueño del 48% de las acciones de Polestar, pero tales títulos han bajado 83% su valor desde el 2022. Lo curioso es que desde que Reuters señaló que Volvo planea deshacerse de Polestar, sus acciones subieron un 40%, lo que refuerza aún más esta idea.
¿Entonces?
Aún no hay nada dicho, porque Volvo no tiene un comprador confirmado para su participación en Polestar; sin embargo lo más natural es que Geely absorba esas acciones, por lo que Volvo estará libre para destinar recursos a sus futuros planes, que parecen ser más rentables que los de Polestar, incluyendo mejores motores eléctricos, avances en su línea de producción y la inversión en máquinas de "mega casting", para fabricar sus autos con menos piezas.
Polestar ya inició las ventas del Polestar 4, al que seguirá el Polestar 3. Volvo señaló que seguirá colaborando con esta submarca eléctrica, por lo que, de seguro, veremos algunas sinergias menores, pero ya no serán recursos directos de la firma sueca, sino que saldrán de la caja de Geely.
Veremos quién se queda con (casi) la mitad de Polestar. Un triste final para una empresa que justamente nació a partir de la división deportiva de Volvo.