Es un hecho que, queramos o no, es imperativo dar cada vez más pasos hacia la transición energética en Colombia. Si bien es cierto que nuestro país es uno de los líderes en la región en cuanto al uso de vehículos eléctricos (EV) (de hecho, la flota de vehículos a batería acaba de superar las 10.000 unidades en el país), sería iluso suponer que los EV son la única estrategia para lograr dicho cometido.
Precisamente, son cada vez las voces en la industria y en los gremios que se unen para resaltar las bondades de los biocombustibles, sobre todo en países como el nuestro, cuya geografía dificulta implementar, por ejemplo, una red sólida de estación de recarga para EV, pero a cambio ofrece grandes condiciones para establecer cultivos de caña de azúcar e ingenios que permitan producir mayores volúmenes de bioetanol.
El tema es tan interesante que, incluso, seis organizaciones japonesas del sector automotor anunciaron recientemente la creación de una asociación con el fin de estudiar formas de optimizar el proceso de producción de dicho combustible.
Pues bien, la noticia ahora es que Toyota y la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia (Asocaña) unen esfuerzos para promover la opción de movilidad sostenible con bioetanol 100% colombiano. En ese cometido, presentan al vehículo híbrido ‘Flexie’, un Corolla Cross Hybrid que se impulsa con bioetanol producido con caña de azúcar colombiana.
La unidad Toyota Corolla Cross XRX Hybrid que enarbola esta iniciativa ya ha recorrido más de 4.000 kilómetros, a lo largo de diversas climas y zonas geográficas del país, para hacer presentaciones en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Pereira y Cartagena, con la idea de promocionar las características y ventajas de conducir un vehículo con esta tecnología, que se abastece 100 % con bioetanol de producción local.
El vehículo de Toyota se suma al plan de ruta que inició este año la marca Volkswagen en Colombia, que trajo tres unidades Total Flex para corroborar en nuestro territorio y en condiciones reales los beneficios que supone la implementación del bioetanol en Brasil. Estas iniciativas corroboran que los biocombustibles son una solución inmediata a la dependencia de los combustibles fósiles, la cual está al alcance de los colombianos.
Bioetanol colombiano, suma de beneficios
En Asocaña indican que la matriz energética del país requiere del aporte de diferentes fuentes de energía renovable, siendo el bioetanol una alternativa competitiva y de gran potencial para la movilidad sostenible y la descarbonización. “trabajamos de la mano del Gobierno Nacional para que se establezcan políticas públicas y seguridad jurídica que incentiven la inversión y promuevan la producción de bioetanol colombiano”, señala Claudia Calero, presidenta de Asocaña.
Desde hace 18 años que se inició en Colombia la oxigenación de la gasolina con bioetanol y a lo largo de ese periodo se ha logrado una reducción cercana a los ocho millones de toneladas de CO2, lo que equivale a sembrar poco más de 61 millones de árboles.
Además del tema de sostenibilidad se suma el impacto social, pues la agroindustria de la caña impacta de forma positiva el desarrollo económico y social de los cinco departamentos del país donde se produce esta materia prima, pues se generan más de 286.000 empleos directos e indirectos. “Estamos convencidos de que es posible que marcas como Toyota traigan estos vehículos a Colombia de forma masiva, pues ya se utilizan en países como Brasil, en los que son parte de su apuesta para el cumplimiento de las metas en reducción de emisiones de gases efecto invernadero”, puntualiza la presidenta de Asocaña.
Por su parte, Alexandra Pfeil-Schneider, vicepresidente de Planeación en Automotores Toyota Colombia, señala que “la estrategia para lograr una reducción de la huella carbono está en la diversificación de tecnologías, ofreciéndole a los colombianos opciones con recursos renovables que nos permitan seguir avanzando hacia el futuro de la movilidad para todos”.
Algunos datos de interés sobre el tema
- Por sus características y por la matriz de producción, el bioetanol colombiano derivado de la caña de azúcar reduce en 74% las emisiones de gases de efecto invernadero, frente al 65% que reduce el etanol de caña de Brasil, el 53% del etanol de remolacha de la Unión Europea o el 10% de reducción que apenas logra el etanol de maíz de Estados Unidos.
- De acuerdo con el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia (Cenicaña), los vehículos que utilizan 100% bioetanol tienen una huella de carbono similar a los eléctricos: los EV producen 123,37 g de CO2/km, los de etanol 124,55 y los de gasolina convencional 265,61.