En un análisis de siniestralidad vial en el país, para el primer semestre del presente año, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), a través del Observatorio Nacional de Seguridad Vial (ONSV), identificó las principales ciudades en las que se presenta un aumento significativo en el número de fallecimientos a causa de tales incidentes viales.
Además de cuantificar el número de decesos registrados, el informe también permite proyectar tres escenarios en los que puede terminar el presente año si se mantiene la tendencia: el primero, si se intensifican acciones efectivas de control; el segundo, si se mantiene el trabajo actual que realizan las autoridades en sus territorios; y un tercero, si se disminuyen las labores y programas para salvar vidas.
Vale señalar que las grandes ciudades, donde se concentra el mayor volumen de vehículos, son las que registran las cifras más altas de fatalidades en las vías. Veamos qué metrópolis ocupan los cinco primeros lugares de esta clasificación: Bogotá: el año pasado se registraron 612 fallecidos. Para el primer semestre del 2023 se reportaron 308 muertes, lo que representa un aumento de 27 personas, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
- Cali: el año pasado se registraron 328 fallecidos. Para el primer semestre del 2023 se reportaron 157 muertes, lo que representa un aumento de 22 personas, en comparación con el mismo periodo del año anterior. En 2022 tuvo una tasa de fallecidos de 14,4 por cada 100.000 habitantes.
- Medellín: el año pasado, en la capital de Antioquia se registraron 242 fallecidos. Para el primer semestre del 2023 se reportaron 128 muertes, lo que representa un aumento de seis personas, en comparación con el mismo periodo del año anterior. En 2022 tuvo una tasa de fallecidos de 9,3 por cada 100.000 habitantes.
- Villavicencio: el año pasado se registraron 131 fallecidos. Para el primer semestre del 2023 se reportaron 69 muertes, lo que representa un aumento de nueve personas, en comparación con el mismo periodo del año anterior. En 2022 tuvo una tasa de fallecidos de 23,6 por cada 100.000 habitantes.
- Montería: el año pasado se registraron 100 fallecidos. Para el primer semestre del 2023 se reportaron 60 muertes, lo que representa un aumento de cinco personas, en comparación con el mismo periodo del año anterior. En 2022 tuvo una tasa de fallecidos de 19,5 por cada 100.000 habitantes.
Tasa de mortalidad muy alta en ciudades pequeñas
El foco de las autoridades está en alertar a las poblaciones más afectadas por esta problemática e informarles acerca de los tres escenarios en los que puede terminar el año si mantienen la tendencia, las cifras de siniestralidad vial y las sugerencias de acciones encaminadas a la prevención de la siniestralidad
Todo esto se plantea en el marco de la estrategia de intervención a municipios de alta siniestralidad, donde se han intervenido ciudades como Yopal, Armenia e Ibagué. Acá es importante resaltar la alta tasa de siniestralidad por cada 100.000 habitantes que presentan poblaciones con un relativo bajo volumen de vehículos de cuatro ruedas, pero donde abundan las motocicletas.
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Ciudades con mayor tasa de mortalidad por cada 100.000 habitantes (2022) |
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Puesto |
Ciudad |
Tasa |
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1 |
Yopal |
33,2 |
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2 |
Sincelejo |
27,6 |
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3 |
Villavicencio |
23,6 |
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4 |
Cali |
14,4 |
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5 |
Montería |
19,5 |
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6 |
Pereira |
18,5 |
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7 |
Neiva |
17,8 |
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8 |
Santa Marta |
17,6 |
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- |
Media nacional |
16 |
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9 |
Bogotá |
7,7 |
|
10 |
Medellín |
9,3 |
“Estamos comprometidos en trabajar en estrategias conjuntas para no seguir contando personas fallecidas, porque ninguna muerte en la vía es admisible. Hacemos un llamado a las autoridades locales para que implementen acciones efectivas y de impacto que permitan mitigar los siniestros viales en el país”, señala frente a esta problemática Mariantonia Tabares, directora general de la ANSV. Finalmente, veamos las tasas de mortalidad en las ciudades con mayor índice de accidentalidad, según los tres escenarios que plantea el informe de la ANSV:
Es importante recordar que la seguridad vial también es responsabilidad de las autoridades de tránsito y que su cooperación es vital para contrarrestar el flagelo de la siniestralidad vial, que es inherente a sus funciones, competencias constitucionales y legales.
