BYD, el mayor fabricante global de vehículos de nueva energía, anunció la entrega de 229 buses 100% eléctricos durante la apertura del patio El Pardo II en la localidad de Usme, en Bogotá. Con estas nuevas unidades ya son más de 1.400 los vehículos de movilidad sostenible de pasajeros que el fabricante chino ha suministrado para el transporte masivo de los bogotanos.
En el caso de la más reciente flota, la integran 112 buses de tipo padrón (con capacidad de transportar hasta 80 pasajeros) y 117 de la clase busetón, cuya capacidad le permite llevar hasta 50 ocupantes.
Aparte de ser vehículos 100% eléctricos, que contribuyen a mejorar el aire capitalino, las nuevas unidades también brindan comodidad a sus usuarios, al disponer de sistema de Wifi y USB para cargar dispositivos portátiles. Adicionalmente, para seguridad de los usuarios y operadores, cada bus dispone de un sistema de cámaras de monitoreo 24/7 que se enlazan con el centro de control de Transmilenio.
La nueva flota de buses que entregó BYD tiene una capacidad de carga total en apenas dos horas, la cual les permite una autonomía superior a los 340 kilómetros de recorrido, lo que supone que esta carga les dura para más de un día de servicio, una ventaja frente a los vehículos híbridos, que se deben “tanquear” a diario. Se estima que la vida útil de estos buses es de aproximadamente 15 años.
“Estos 229 buses eléctricos, puestos en funcionamiento, representan una reducción de 150 mil toneladas de dióxido de carbono al año, aproximadamente. Además, como no generan ruido, contribuyen a la disminución del estrés y a la contaminación auditiva. Así mismo, tienen tecnología de punta que no solamente favorece al medio ambiente sino también la operación de los vehículos, como la batería Blade, líder a nivel mundial, por su potencia, autonomía, desempeño, seguridad y velocidad”, Juan Luis Mesa, Gerente General BYD Colombia.
Los voceros de la marca también informan que, gracias al tipo de acomodación de las baterías Blade, estos buses resultan mucho más resistentes a sobrevoltaje, recalentamiento, colisión e incluso superan la prueba más dura, que es la de perforación, con ello se reduce el riesgo de fuego o explosión prácticamente a cero.