A raíz de las situaciones que se presentaron en el pasado Gran Premio de Azerbaiyán de 2022, la Fórmula 1 anunció planes para controlar el fenómeno marsopa o porpoising, una situación que no solo ocasiona riesgos a los autos, sino también afecta la integridad y salud de los pilotos.
El punto es que, en la búsqueda de lograr el mayor downforce, los autos están lo más cerca posible del asfalto; sin embargo, esto ocasiona problemas debido a que la parte baja del monoplaza pega con el suelo.
En sí, la palabra “marsopa” (cetáceo cercano al delfín) estuvo ausente en gran parte del vocabulario de la Fórmula 1 durante los últimos 40 años, cuando se tuvo por última vez autos con efecto suelo. No obstante, con la llega de la nueva generación de autos, este fenómeno se hace presente de nuevo.
Se puede decir que el fenómeno marsopa es un rebote violento en la suspensión a altas velocidades. Su causa se debe a la aerodinámica, pues el borde de ataque del piso, o quizás el alerón delantero, empuja cada vez más cerca del suelo a medida que aumenta el downforce. Así que cuanto más se acerca al asfalto, más poderoso es el efecto suelo, puesto que el aire se precipita cada vez más rápido a través de un espacio cada vez más estrecho.
En consecuencia, con mucha más carga aerodinámica debajo de la carrocería, suspensiones más rígidas y llantas más rígidas, este problema regresa con más frecuencia e intensidad a los autos de la Fórmula 1.
Aunque pareciera que esta situación solo queda como una serie de chispas por el roce del auto con el asfalto, el fenómeno es muy preocupante. Tras consultar a sus médicos, la FIA dice que se siente obligada a reaccionar porque, según el propio organismo rector, “en un deporte en el que los pilotos conducen habitualmente a velocidades superiores a los 300 km/h, esta situación provoca una pérdida de la concentración, fatiga excesiva o dolor en la espalda, lo que podría tener consecuencias significativas”.
Según la FIA, las medidas a corto plazo incluirán un escrutinio más detenido de la parte baja de los autos, tanto en términos de diseño como del desgaste que se presente. También definirán una métrica, cuya fórmula matemática exacta aún se analiza, y en la que se pidió colaboración a los equipos de F1, para definir un límite para el "nivel aceptable de oscilaciones verticales".