Imagina que circulas tranquilo por la autopista y, de pronto, otro auto te sobrepasa como flecha, pero es un vehículo con las ruedas descubiertas, con un solo ocupante que usa casco y con un motor que deja sentir su ronca voz cada vez que lo apremian. Esto sucedió en República Checa, donde captaron en video a un monoplaza circulando tranquilamente por la vía y se volvió viral.
En el video puede verse lo que parece un Ferrari de Fórmula 1 de hace un par de décadas, de cuando Schumacher aplastaba a todos sus rivales. Sin embargo, si miramos con un ojo más crítico es posible descubrir que, en realidad, se trata de un vehículo de GP2 “disfrazado” con los colores de Ferrari y hasta con los adhesivos que publicitan la marca Marlboro.
Más allá de ser un impostor, el V8 suena fuerte, claro y agudo, como nos gusta, regalando una experiencia sublime para quien esté cerca. Los autos de GP2 fueron teloneros de la F1 hasta que en 2017 se renombraron como Fórmula 2. En estos monoplazas, donde corrió nuestro compatriota Julián Leal, los componentes principales y el motor eran todos iguales, al ser construidos por Dallara con un motor V8 de 4.0 litros, que entregaba aproximadamente 600 hp.
Pero, un momento, ¿esto es legal?
Claro que no. Si nos detenemos a pensarlo un poco, este vehículo de ruedas lisas y descubiertas no tiene luces ni indicadores, por lo que no está homologado y no es legal su uso en vías públicas. Si a eso le sumamos el hecho de tener 600 caballos empujando a un piloto cuya cabeza está a la altura de la mayoría de los parachoques de los demás autos, la ecuación nos arroja una aventura estúpidamente riesgosa.
Según informes, esta no es la primera vez que el conductor lleva su monoplaza a la vía pública; la policía local informó eso ya había sucedió en el pasado, pero no pudieron comprobar la identidad del sospechoso, debido a que llevaba un casco que le cubría la cara. Creemos que con revisar a los participantes de los track days o los clubs de coleccionistas en República Checa (en el video se aprecia que era parte de una caravana con varios superdeportivos), sería muy fácil dar con el propietario de un monoplaza con los colores de Ferrari. Quizás lo que suceda es que el conductor sea alguien con mucho dinero y la policía prefiere abstenerse de investigar.
Un monoplaza en la vía pública