En marzo de 2016, Aston Martin ingresó al mundo de la Fórmula 1 de la mano de Red Bull Racing, con el objetivo de lograr una asociación con fines comerciales.
En todo caso, esta alianza pronto se hizo más profunda, puesto que ambos trabajaron a nivel técnico, desarrollando conjuntamente el Aston Martin Valkyrie, que fue cocreado con Adrian Newey, director técnico del Red Bull Racing.
En septiembre de 2017, la colaboración entre Red Bull Racing y Aston Martin se hizo aún más fuerte cuando el equipo con sede en Milton Keynes pasó a llamarse Aston Martin Red Bull Racing.
Posterior a ello se anunció la construcción de un centro de rendimiento avanzado en la sede de Red Bull Racing, que crearía 110 nuevos puestos de trabajo y cuyos empleados se encargarían del desarrollo de nuevos superautos.
Sin embargo, cuando el empresario canadiense Lawrence Stroll compró la participación mayoritaria de Aston Martin, hizo que este ambicioso plan quedara en el limbo, pues al ser dueño del equipo Racing Point, dio por terminada la relación con Red Bull.
A pesar de ello, Christian Horner, jefe de Red Bull Racing, señala que eso no significa que se deje en el olvido la idea de desarrollar un automóvil de pasajeros de altas prestaciones con el emblema de Red Bull.
A partir del desarrollo en conjunto del Valkyrie, Horner comenta que aprendió mucho sobre la construcción de un automóvil de carretera, por lo que sería una pena no aprovechar la experiencia adquirida.
Lo que sugieren las palabras de Horner es que Red Bull Racing estaría pensando en lanzar un hypercar en el futuro. No obstante, es muy pronto para saber si volverá a trabajar con un fabricante de automóviles existente o si el desarrollo será algo completamente independiente.