De la misma manera que el cinturón de seguridad, el reposacabezas de los asientos delanteros y traseros, es un elemento de seguridad de gran importancia en los carros.
Básicamente este componente tiene como único objetivo proteger el cuello de los pasajeros en caso de un accidente. Por ello, es fundamental que cada que subamos a un auto regulemos el reposacabezas a nuestra altura.
De no existir este dispositivo en los asientos o de tener una posición inadecuada, el latigazo cervical en la columna vertebral es inminente. Y es que al momento de sufrir una colisión y/o frenar de manera intempestiva toda la energía obtenida por la desaceleración es transferida a la nuca, por consiguiente pueden existir lesiones en la columna o cuello.
Para que esto no suceda, o bien las consecuencias no sean tan drásticas, es vital que el reposacabezas tenga una posición adecuada para evitar que la cabeza no se sacuda de forma brusca.
Por ejemplo, en caso de sufrir un impacto frontal, el cuerpo sale impactado hacia delante, por lo que es detenido por el cinturón de seguridad y la bolsa de aire. En cambio cuando sucede un alcance el cuerpo se mueve al frente y la cabeza queda estática, al momento que el cinturón retiene el cuerpo, lo regresa a su lugar, lo que provoca que la cabeza salga despedida al frente. Es ahí cuando el reposacabezas cumple la misión de mitigar ese sacudida.
Pero, ¿cuál es la posición correcta?
Para obtener el mejor ángulo, el reposacabezas debe rebasar en aproximadamente dos pulgadas la cabeza del pasajero, para hacer esto más sencillo y no estar midiendo, basta con poner de costado nuestra mano sobre la cabeza y sabremos si estamos haciendo bien las cosas.