
Tras reportar pérdidas durante el pasado trimestre, Volvo trabaja en buscar soluciones para reforzar sus ventas, principalmente en Estados Unidos, donde los aranceles a la importación de vehículos están causándole estragos, en uno de los mercados más importantes para sus intereses.
Es por ello que la marca sueca confirmó que el próximo año comenzará a fabricar el XC60 en su planta en Charleston, Carolina del Sur, su modelo más exitoso en Norteamérica, con lo que evitará la aplicación de aranceles y, con ello, elevar el costo del SUV.
Durante el primer semestre de este año, el XC60 registró 23% de las ventas de la marca en Estados Unidos, lo que evidencia su gran impacto. Además, hace unos meses presentó una actualización de este SUV mediano, que no solo renovó su diseño, sino que agregó una nueva pantalla multimedia más grande, con mejor resolución, además de un chip Snapdragon Cockpit de Qualcomm Technologies, que es mucho más rápido que el del modelo actual.
Actualmente, Volvo vende en Estados Unidos los modelos XC90, XC60, XC40, EC40, EX90 y EX30, así como los sedanes S90 y S60, además de los familiares V90 y V60 en versiones Cross Country. De todos ellos, solo EX90 se fabrica en Carolina del Sur, lo que representa que prácticamente 90% de su gama está sujeta a la aplicación del arancel de 25%.
Estados Unidos representa 16% de las ventas de la compañía en el mundo, siendo el segundo en importancia después de China y está por encima de Reino Unido, Alemania y Suecia.
El CEO de Volvo, Hakan Samuelsson, afirmó hace unas semanas que trabajan en un plan para poder llevar la producción de más modelos a Estados Unidos, para evitar seguir perdiendo dinero.
