Akio Toyoda, presidente del directorio de Toyota, es claro en sus posturas y desde hace años señala que "obligar" a todos a comprar autos eléctricos (EV) no es el camino definitivo; de hecho, argumenta que apostar todo por los autos 100% a baterías tendría enormes repercursiones en la industria automotriz, además de poner en riesgo millones de empleos en la cadena de suministros. En términos medioambientales, el fabricante japonés sigue creyendo que los autos eléctricos son más contaminantes que los modelos completamente híbridos (HEV).
Desde 1997 a la fecha, la compañía fundada por Kiichiro Toyoda ha vendido más de 27 millones de vehículos híbridos, los que han dejado una huella de carbono equivalente a la de nueve millones de autos eléctricos, sumando en la ecuación la producción de los autos y las baterías.
En esta relación 3 a 1 en términos de contaminación, que favorece a los híbridos, se debe tener en cuenta además que la fabricación de autos eléctricos y sus baterías genera más emisiones de carbono que la producción de autos a gasolina; en todo caso, a lo largo de su vida útil, los autos eléctricos son responsables de muchas menos emisiones totales.
Esta postura reticente por parte de las directivas niponas, le ha valido a la compañía críticas, cuestionamientos y malintencionados comentarios en torno a su desempeño comercial. Sin embargo, las cifras los avalan: por quinto año consecutivo, en 2024, Toyota fue el mayor fabricante de autos del mundo.
En otras ocasiones, Akio Toyoda señaló que las ventas de autos eléctricos nunca superarían el 30% del mercado y que la industria debería centrarse en los híbridos y en aquellos impulsados por combustibles sintéticos. En todo caso, las cifras de ventas no favorecen del todo al Toyota Mirai, que mantiene su compromiso con el hidógeno y podría ser candidato para combinarse con el motor a combustión; tanto así, que los japoneses están ayudando a BMW a lanzar su primer modelo a hidógeno, lo que sucedería en 2028.
