Nissan atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia y por eso tuvieron la intención de fusionarse con Honda; sin embargo, la posibilidad no logró concretarse con el paso del tiempo, debido a que la marca con sede en Minato (Japón) quería que la de Yokohama se convirtiera en una subsidiaria; aunque de todas formas ambas seguirán colaborando en áreas como electrificación y desarrollo de software.
Luego de no llegar a un acuerdo, el diario japonés Mainichi Shimbun reveló que un alto ejecutivo de Toyota, el mayor fabricante de autos del mundo, habría contactado a Nissan para plantearles una posible alianza; sin embargo, todo indica que nuevamente este acercamiento fue infructuoso y quedará como una anécdota, debido a las estrictas leyes antimonopolio de Japón.
Actualmente, Toyota ya posee participación accionaria en varias marcas:
- 20% en Subaru
- 5,1% en Mazda
- 4,9% en Suzuki
- 5,9% en Isuzu
Si tenemos en cuenta las cifras de participación de Toyota, incluir a Nissan hubiera complicado aún más el delicado equilibrio competitivo de la industria automotriz japonesa. Incluso Akio Toyoda, presidente del directorio corporativo de Toyota, expresó sus dudas sobre la viabilidad de la fusión entre Nissan y Honda, ya que ninguna de las dos habló sobre productos futuros.
El intento de unión entre Nissan y Honda fue visto como una estrategia desesperada para hacer frente a los cambios que sacuden a la industria automotriz: la electrificación, las tensiones comerciales globales, la disrupción tecnológica y el ascenso de los fabricantes chinos. Nissan, en particular, enfrenta una caída de más del 90% en sus ganancias, una reducción alarmante que puso a la marca contra la espada y la pared.
Si bien la posibilidad de una fusión quedó descartada, el entorno sigue siendo volátil. Con Honda fuera del panorama y Toyota manteniendo silencio, Nissan continúa buscando salidas para sobrevivir.
Por último, no hay que olvidar la puesta en marcha del plan Re:Nissan, que incluye la eliminación de 20.000 empleos, el cierre de siete plantas y un recorte del 70% en la complejidad de las autopartes. También se contempla reducir la inversión en desarrollo de nuevas plataformas, sin abandonar Infiniti. La meta: estabilizar las operaciones internas mientras se buscan alianzas estratégicas. Por ahora, habrá que esperar a ver qué sucederá con las marcas japonesas.
