Dependiendo de tu edad puede que recuerdes la famosa caricatura de “El Correcaminos” y algunas de las trampas que Willy el Coyote colocaba para atraparlo. Una de las más famosas era poner una pared con el dibujo de un camino para engañar a su rival, esperando que se estrellara con la misma. Bueno, algo así se intentó recrear en la vida real, pero para probar la efectividad de algunos sistemas de conducción autónoma, especialmente el de Tesla que dice ser uno de los más avanzados y seguros.
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Con lo anterior en mente, Mark Rober diseñó una serie de pruebas para medir la efectividad del sistema de conducción autónoma y sus asistencias avanzadas a la conducción, que actúan según la información que se recaba solamente a través de las cámaras que llevan estos autos.
Su rival fue un Lexus RX que llevaba un kit LiDAR de la empresa Luminar; es decir, un láser que mide la distancia contra todos los objetos que lo rodean y con lo que crea un escaneo que le permite decidir cómo actuar para evitar algún percance. La gran ventaja del LiDAR es que puede ver a través del humo y del agua, siendo capaz de distinguir entre ilusiones ópticas, gracias a que no depende de cámaras, sino de la información de la distancia a la que rebota el láser para determinar la forma y tamaño de los objetos.
Con lo anterior en mente, las pruebas se centraron en ver qué tan efectivos eran estos sistemas para evitar atropellar a un maniquí infantil que se colocó en el camino de ambos autos. La primera prueba situaba al maniquí de forma clara a la mitad del camino y ambos autos la superaron.
En la segunda prueba el maniquí salió detrás de una minivan, con lo que se acortó considerablemente el tiempo que los sistemas tenían para identificar el riesgo y actuar. En este caso ambos sistemas también tuvieron éxito.
La tercera prueba involucró una simulación de neblina, en la cual el Tesla falló por completo, atropellando al maniquí, mientras que el auto con LiDAR, lo detectó sin problema alguno. La cuarta prueba, con una simulación de lluvia extrema, también fue exitosa para el auto con LiDAR, mientras que el Tesla volvió a fallar.
La quinta prueba se hizo para recrear un amanecer o atardecer, cuando el sol está en una posición baja que crea un gran destello en el camino, haciendo muy mala la visibilidad. Ambos autos tuvieron éxito.
Finalmente, la prueba mayor era colocar una pared de icopor con una manta encima que contaba con la imagen del camino que tenía detrás. Como era de esperarse, el Tesla cayó en la ilusión óptica y se impactó con la pared sin tocar los frenos. Mientras que el auto con LiDAR identificó sin problema alguno que había un objeto sólido, por lo que se detuvo tal cual debería antes de impactar la pared.
Desde hace mucho Tesla se empeña en usar solo cámaras, pues en gran medida son sistemas más sencillos y baratos de colocar, programar y controlar. Reducen costos, pero queda claro que en situaciones más específicas, como la niebla, lluvia o algunas otras condiciones que se pueden dar en la vida real, no terminan de ser tan confiables como lo que se puede ofrecer con un paquete tecnológico mucho más completo que una simple cámara.