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JMEV 3 a prueba: compacto, eléctrico, simpático y entusiasta

Es uno de los tres modelos de impulso a batería que trae a Colombia la división urbana del fabricante JMC.

JMEV 3 a prueba: compacto, eléctrico, simpático y entusiasta

El grupo Jiangling Motors Corporation o JMC, inició operaciones en 1947 y desde entonces ha constituido uno de los conglomerados más sólidos en la industria automotriz china, con seis bases de fabricación y una amplia línea de productos que se ha enfocado principalmente en los vehículos comerciales, de pasajeros, especiales y, más recientemente, vehículos de energía limpia. Es precisamente en este último rubro que ahora llega a Colombia, bajo la tutela del importador Astara, una de sus marcas más prometedoras: JMEV, que se orienta a los vehículos urbanos a batería (EV).

En realidad, la interesante propuesta de JMEV la conocimos en el Salón del Automóvil de Bogotá del 2023, en donde el EV3 (junto con sus hermanos EV2 y GSE) sorprendió gratamente; en su momento, los importadores anunciaron que los precios de sus vehículos serían los más bajos del mercado; sin embargo, con lo dinámico que está el segmento de los vehículos a batería en el país, el panorama cambió mucho.

Los carros de JMEV tardaron más de lo esperado en hacer su arribo formal al país y, entre tanto, en la parte baja del segmento de vehículos eléctricos comenzaron a aparecer varios de los modelos que han contribuido a que el nicho de los EV acumulara a finales de septiembre 4.582 matrículas nuevas y registre un crecimiento interanual del 88%, según cifras de Fenalco-Andi.

Así, tras su llegada a territorio nacional, el JMEV 3, que en el ajetreo de su anuncio y arribo al país se denominó EV3, enfrenta rivales de “alto voltaje”, como son los modelos Renault Kwid E-Tech, JAC E10 X y al BYD Seagull.

JMEV 3: diseño

La propuesta visual del modelo de JMC luce fresca, juvenil y moderna; en realidad, en ello está muy parejo con sus rivales de segmento, salvo el Kwid, que se ve más conservador, pues allí su estética es muy similar a la de su hermano a combustión.

Tenemos una carrocería que se ofrece en cuatro colores vibrantes (blanco, verde encendido, rosa y aguamarina); la nota de contraste la aportan las manijas exteriores: en la carrocería blanca son de color naranja, mismo tono que se usa para las cubiertas de los espejos laterales y las protecciones inferiores de ambos parachoques.

En los demás colores que se usan en el exterior, tales accesorios van en blanco, para generar dicho efecto de contraste. Así mismo, los parales de este hatchback eléctrico van en color negro y se complementan con vidrios intencionalmente oscurecidos, para generar el efecto de un techo flotante, el cual tiene la misma tonalidad de la carrocería (menos en la carrocería rosada, cuyo techo es blanco). El complemento son unos vistosos rines en aluminio bitono de 15”; el único rival que ofrece rines más grandes es el Seagull (16”).

En cuanto a dimensiones, el JMEV 3, con 3.720 milímetros de longitud, resulta uno de los más compactos de su parcela: es 70 mm más largo que el JAC E10 X y es 50 mm más corto que el Seagull. Con respecto a las demás dimensiones, con 1.640 mm es el más estrecho y con 1.494 mm queda como el más bajito de su grupo, respectivamente. En todo caso, tiene un conjunto muy bien proporcionado y su favorable radio de giro (cinco metros) lo hacen perfecto para el tráfico urbano y circular por vías estrechas.

En cuanto a luces, dispone de unidades halógenas para las luces principales y la luz de circulación día en LED y faro antiniebla; un detalle curioso es que entre la trama de la parrilla esconde dos tiras en diagonal de lucecitas que, al igual que el logo, se iluminan como cortesía al acercarse.

JMEV 3: interior y equipamiento

Con una distancia entre ejes de 2.390 milímetros, el JMEV 3 iguala al JAC y queda 110 mm por detrás del BYD; sin embargo, el espacio disponible para los cuatro ocupantes que puede transportar es más que aceptable. Los plásticos de las planchas del tablero, de los paneles interiores de las puertas, del torpedo e incluso de la parte central del tapizado de las sillas vienen en tonos claros, lo que le aporta calidez y luminosidad a la cabina.

Al interior también se juega con el contraste; en este caso, se añaden apliques o detalles en tono verde aguamarina o rosa encendido (según el color de la carrocería) sobre la cubierta del tablero, en el volante, en los insertos de los paneles interiores de las puertas y en forma de una tira que cruza por la mitad cada una de los puestos de los ocupantes. Complementan el despejado habitáculo algunos apliques que emulan el aluminio anodizado y una pequeña bandeja en piano black, que rodea el control de cambios.

Los plásticos de cubiertas y paneles internos no son tan suaves como nos gustarían y ese tono claro no le augura un final muy feliz porque tiende a mancharse, también refleja mucha luz hacia la cara interior del parabrisas, cuando el sol pega de frente, por lo que se debe aprender a lidiar con esa situación.

En cuanto a las sillas bitono, todas las plazas cuentan con apoyacabezas integrados, tienen buena firmeza y la calidad de los textiles luce resistente para el ajetreo cotidiano, pero hace mucha falta el apoyo lumbar y algo más de sujeción lateral en las butacas delanteras, se echa de menos sobre todo cuando se pasa mucho tiempo al frente del volante. También sería ideal que por lo menos el puesto del conductor tuviese reglaje en altura.

La visibilidad perimétrica es muy destacada, favorecida adelante porque no hay cuadro de instrumentos detrás del volante y por la buena gestión de los espejos; además, se dispone de cámara de reversa 360°, un verdadero lujo en su segmento.

El “literal” centro de atención al interior es la pantalla táctil LDC de 9” (sólo la del BYD Seagull es más grande, de 10,1”), que no puede cambiar de formato vertical/horizontal, como en el Seagull, pero que tiene alta resolución.

Antes de iniciar la marcha, cuando se toma por primera vez el auto, es indispensable “cacharrear” con atención el monitor central, pues desde allí se gobiernan casi todos los sistemas abordo, incluido el aire acondicionado, los modos de manejo y el infoentretenimiento; su manipulación no es la más intuitivo, pero realmente hay muchos menús para explorar y los gráficos son de primer nivel.

Si bien tener todos los comando y controles (salvo los de las luces y el limpiaparabrisas) en una sola pantalla favorece la limpieza visual de la cabina, la contraparte es que castiga un poco la concentración, pues el conductor está obligado a fijar allí mucho tiempo la mirada, mientras busca y acciona cualquier comando.

Como parte del equipamiento a bordo, también se dispone de reglaje manual para la silla del conductor con seis posiciones (de cuatro la del acompañante), aire acondicionado digital, volante multicomandos ajustable en altura, puerto USB, espejos laterales y vidrios eléctricos con gestión de un solo toque, sistema de monitoreo de presión de llantas y sensor de reversa, entre otros.

JMEV 3: motorización y seguridad

El corazón de este compacto urbano de JMEV es un motor eléctrico de imán permanente, que entrega 36 kW o 48 caballos de potencia y 150 Nm de torque (15 Nm más que el Seagull y 37 Nm más que el Kwid). Su batería de iones de litio ferrofosfato también es la que ofrece la mayor capacidad, frente a sus rivales: 31,9 kWh. Con ese paquete, el JMEV 3 tiene una autonomía en torno a los 300 km/h, que es el promedio en su parcela.

El compacto eléctrico y urbano de JMEV dispone de tres modos de conducción: Eco, Normal y Sport, también cuenta con opciones de carga lenta AC a 5,5 kW, que permite recargar hasta el 80% entre 8 a 15 horas, mientras que en el modo de carga rápida DC (50 kW) el mismo proceso puede tardar unos 40 minutos; obvio, eso depende a las condiciones de la red local y las de la transferencia de carga de energía; además, cuenta con un cargador de emergencia para garantizar la disponibilidad de energía en cualquier red a 110V o 220V.

Por el lado de la seguridad, ofrece recursos como airbags frontales, frenos de disco/tambor con ABS (el JAC y el BYD tienen discos en todas las ruedas), distribución electrónica de frenado, sistema automático de desconexión de energía en caso de colisión, control de arranque en pendiente, sistema de advertencia de peatones y anclaje Isofix.

JMEV 3: conducción

En este segmento también resulta novedoso el hecho de no tener que encender el auto con llave o con botón, pues basta con cargar la llave, ingresar a la cabina y acomodarse; luego, con solo tocar el pedal de freno el sistema está listo para iniciar la marcha. Hay una oportunidad de mejora cuando se acciona la palanca de cambios, pues si ingresa el sol en pleno sobre la consola, la visualización de la marcha no siempre es muy clara.

La gran fortaleza dinámica de este hatchback radica en su buen torque, el mejor de su segmento, lo que le da más bríos de lo que uno piensa; obviamente, no te deja pegado en la silla al arrancar, pero sí es muy conveniente para darle la agilidad que demanda la conducción urbana, que es su entorno ideal.

En modo Eco, el sistema limita la velocidad máxima del JMEV 3 hasta los 65 km/h, con lo que se favorece la autonomía; sin embargo, en modo Sport se puede llegar a rodar un poco más rápido de los 100 km/h, una velocidad máxima suficiente para sus pretensiones. De igual forma, cuando se puede circular a una velocidad constante, la función I-Pedal resulta muy conveniente de usar, porque ciertamente aminora con propiedad la velocidad sin tener que usar los frenos y al regenerar energía ayuda a extender la autonomía.

Como suele pasar con estos compactos eléctricos, el peso de la batería favorece tener un bajo centro de gravedad y eso lo ayuda en la dinámica de marcha; por otro lado, nos gustaría tener una dirección más sensitiva, pero, en todo caso, cumple con su cometido. En cuanto al esquema de suspensiones (independiente, adelante; multilink, atrás) se siente un poco seco cuando se superan baches o irregularidades en la vía.

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