Mantener el buen estado de las llantas no es solo implica ponerles aire, calibrarlas y cambiarlas después de cierto tiempo. Hay algunos parámetros y medidas que se deben tener en cuenta para optimizar o garantizar el rendimiento de las cubiertas, pero que no siempre resultan familiares para los usuarios.
De la mano de Goodyear, presentamos algunas definiciones que se deben tener en cuenta al cambiar, comprar o evaluar una llanta.
- Bamboleo: es la oscilación de las llantas de un lado para el otro. Esto se presenta por distintos factores; por ejemplo, se puede generar por el desbalance de las llantas. Siempre debe estar atento a este fenómeno y acudir al centro de servicios más cercano cuando se presente.
- Comodidad: aunque favorece el bienestar de los ocupantes, en este contexto se refiere a la capacidad de la llanta de absorber los impactos de los baches u otras superficies irregulares. Se debe estar atento a este parámetro para saber si la llanta tiene adecuada comodidad, de no ser así se puede poner en peligro la estabilidad del vehículo y aumenta el riesgo de accidente.
- Pestaña: es la sección de la llanta que se asienta en el rin. Está compuesto por alambres de acero reforzados por cuerdas que mantienen la llanta de forma sostenida y segura contra el rin.
- Índice de carga: es un número asignado que corresponde al peso máximo que cada llanta puede soportar cuando se infla correctamente. Las llantas de las camionetas utilitarias (LT) tienen dos índices de carga en el costado, a diferencia de las llantas para pasajeros que solo tienen uno. Esto se debe a que los vehículos utilitarios suelen usarse en modelos con ruedas traseras dobles.
- Resistencia al acuaplaneo: es la capacidad de una llanta para evacuar agua y conservar su adherencia cuando rueda sobre una superficie mojada. Es importante tener en cuenta este dato al comprar una llanta, porque al conducir con lluvia o sobre superficie mojada, el producto debe tener esta capacidad para evitar deslizamientos y aumentar la capacidad de frenado.
- Run Flat: es un tipo de llanta desarrollada con una tecnología que le permite seguir conduciendo después de sufrir un pinchazo durante 80 kilómetros, a una velocidad máxima de 80 km/h. Esto le permite al usuario llegar a destino o buscar un centro de servicio.
- PSI: sigla en inglés de pound per square inch, que se utiliza para referirse a libras por pulgada. Es la unidad que maneja el sector automotor para estandarizar la presión de las llantas.
- Resistencia al rodamiento: consiste en la facilidad con la que una llanta rueda por una superficie y está directamente asociada al consumo de combustible. Si una llanta está defectuosa o mal inflada genera más resistencia al rodamiento y ello se traduce en mayor consumo de gasolina.
- Ruido: el ruido externo que genera una llanta contribuye a la contaminación acústica del entorno circundante. Las llantas que generan un bajo nivel de ruido interno hacen que el habitáculo sea más silencioso y de igual manera contribuyen al medioambiente.
- Subviraje: tiene que ver con la maniobrabilidad donde las llantas delanteras patinan como resultado a que estas recorren un ángulo de deslizamiento más grande que el de las llantas traseras.
- Sobreviraje: se produce cuando un vehículo toma una curva y las ruedas traseras no siguen el mismo trayecto de las delanteras, sino que se desplazan hacia el exterior de la curva, lo que produce que el auto gire más de lo esperado.
Tener presente estos conceptos te ayudará a entender si una llanta es adecuada para tu vehículo, si son aptas para tu estilo de conducción y, en general, si se ajusta a las necesidades que requieres.