Aprovechando nuestra visita a Los Angeles para la prueba masiva que organiza el World Car Awards para sus jurados de todo el mundo, pusimos nuestras manos al volante del Mercedes-Benz EQE SUV, la última adición a la familia de vehículos eléctricos EQ de la marca alemana, que ya está disponible en Colombia y de la cual tuvimos oportunidad de probar en junio los modelos EQA 350 4Matic y EQE 350.
En el caso del EQE SUV, se trata de una camioneta familiar mediana para cinco pasajeros, que en nuestro país se ofrece exclusivamente en la versión 350+, pero en otros mercados también se comercializa en variantes EQE 350 4Matic y EQE 500 4Matic, además de variantes Mercedes-AMG EQE.
La versión disponible para prueba era la tope de gama EQE 500, modelo que se adentra en el futuro eléctrico sin comprometer el lujo al que nos acostumbra la marca. Vaya qué lujo nos encontramos, con tapizados de cuero auténtico de altísima calidad, terminaciones en madera de poro abierto, aluminio cepillado... Como si fuera un Mercedes-Benz del pasado.
Además, la hermosa combinación de colores interiores difícilmente la veremos en Colombia alguna vez, con asientos en cuero marrón, combinado con paneles en color crema y haciendo juego con los mencionados acabados en madera. Impresionante.
Mercedes-Benz EQE 500 SUV: características
Al igual que su hermano EQE sedán, el EQE SUV se construye sobre la plataforma EVA, que debutara con el EQS. Es una arquitectura de 400 voltios que permite procesos de carga de hasta 200 kW de potencia y que se diseñó para ser líder en eficiencia energética.
La versión EQE 500 utiliza una batería de 90,6 kWh, con una autonomía nominal de la EPA de hasta 476 kilómetros, permite recargar del 10 al 80% en apenas 32 minutos. Utiliza dos motores ubicados cada uno sobre un eje, ofreciendo tracción 4Matic y una potencia conjunta de 402 hp y 858 Nm de torque, para lograr hacer el 0 a 100 km/h en 4,7 segundos.
Son cifras enormes, pero también lo son sus dimensiones y peso: 4.864 mm de largo, 1.940 mm de ancho y 3.030 mm de distancia entre los ejes, con un peso en vacío de 2.525 kilos.
El diseño exterior sigue la línea de todos los modelos EQ, con una apariencia reconocible al instante por su frontal cerrado, el logo de la estrella de tres puntas grande al medio, pequeñas estrellas dibujadas en la parrilla y un atrevido diseño de las luces, que son LED digitales. Atrás lo más llamativo es la unión visual de ambos faros, que le da una sensación de mayor amplitud al modelo.
En general, las superficies son suaves, redondeadas, con curvas marcadas y casi sin ningún pliegue perceptible. Las manijas están ocultas, cuenta con rines grandes y un perfil muy aerodinámico, lo que dota al modelo de una estampa innegablemente futurista, pero muy armoniosa.
Puertas adentro es donde todo fascina, por la meticulosa atención al detalle que Mercedes le pone a sus autos, como la elegancia de los tonos de la iluminación ambiental o la disposicion ergonómica de los controles. El habitáculo es inmenso y muy confortable, incluso para personas altas; ofrece una exquisita coherencia entre el diseño y el refinamiento. Nada es demasiado y nada sobra.
Resaltemos el tablero de madera porosa, los tapizados en cuero y los pespuntes a la vista, todo combinado con el mundo digital de los nuevos tiempos, que, en nuestra unidad a prueba, se traducía en un tablero digital de 12,3 pulgadas y una pantalla vertical de 17,7". Si bien el MBUX Hyperscreen está disponible como opción, no estaba incluido en la unidad a prueba.
El sistema de infoentretenimiento de última generación es muy intuitivo y la pantalla es sensible a cada suave toque. Es sencillo de usar, aunque toma algún tiempo para conocer las aplicaciones y cómo alcanzarlas en pocos movimientos. Luego está el sistema de sonido con capacidades Dolby Atmos, para una experiencia sonora 360° al nivel de un concierto.
Si los Mercedes-Benz convencionales son exquistos, desde el punto de vista de la comodidad de marcha, en el EQE SUV todo se multiplica por mil.
Mercedes-Benz EQE SUV: impresión de manejo
Antes de hablar del empuje de los dos motores eléctricos y de la puesta a punto de la suspensión, hablemos de algunas sofisticaciones que tiene este auto, como las cuatro ruedas direccionales, que permiten moverse por la ciudad como si el EQE fuera una ardilla en lugar de un enorme SUV o cortar las curvas del Angeles National Forest, el camino de montaña que nos hizo divertirnos con el EQE.
La marca indica que esta tecnología reduce el radio de giro hasta 10%, lo que hace que el EQE 500 reaccione como un auto más compacto de lo que es.
Volvamos a los motores. Con 402 hp y 700 Nm de empuje desde cero, se entiende que la aceleración sea brutal, como normalmente es en un auto eléctrico, pero lo que sorprende es la forma sensata y elegante con que el sistema del EQE la entrega. Sí, es rápido de reaccoones y te puede pegar la espalda al asiento, pero no lo hace. En cambio, te lleva muy rápido al punto donde quieres ir, haciendo todo menos ser brusco y con mucho más refinamiento que cualquier otro.
Hay modos de manejo, y el Sport es el más reactivo, aunque los ajustes de la suspensión no se notan tanto. En general, la puesta a punto del chasis es para brindar siempre comodidad, más o menos blanda, según el modo seleccionado, pero rara vez sentimos incomodidades como baches o imperfecciones del asfalto. Todo se filtra y nada pasa a la cabina.
Sin embargo, advertimos que la carrocería no rola como debería, considerando el peso. La masa se mueve y empuja hacia afuera, es cierto, pero en general todo se minimiza con el trabajo de la suspensión, que opcionalmente puede ser neumática.
En conclusión, el EQE SUV pone el foco en ofrecer el lujo y la comodidad de Mercedes-Benz sin emisiones, pero no descuida una experiencia de manejo superior. Mezcla muy bien la comodidad de conducción, las capacidades dinámicas y la tecnología de vanguardia, es como si llevara mucho más de 100 años haciendo esto.
