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Porsche estrena sistema de gestión para el techo panorámico del Taycan

Se trata de Sunshine Control, que permite graduar el paso de la luz y el calor en la cabina.

Porsche estrena sistema de gestión para el techo panorámico del Taycan

El Porsche Taycan estrena el Sunshine Control, un innovador sistema que permite variar la entrada de luz en el habitáculo a través del techo panorámico. Para ello utiliza cristales líquidos que se ajustan en forma eléctrica.

Cuando el dispositivo está en su estado normal; es decir, sin alimentación eléctrica, es de color blanco mate, con lo que minimiza el ingreso de calor al habitáculo. Al conectar el encendido, se puede ajustar la entrada de luz en tres niveles: “Bold” (60% de opacidad), “Semi” (40%) y “Clear”, que deja pasar la luz por completo. 

De igual forma, mediante un deslizador se puede graduar la transparencia del techo desde adelante hacia atrás, como si fuera una persiana. Así, cuando hace calor, la sensación térmica y la temperatura real a la altura de la cabeza se reducen considerablemente con el modo más opaco. Por el contrario, en el invierno, la capa Low-E en el lado inferior elimina la sensación de frío que se experimenta cerca de las superficies de vidrio.

"En arquitectura, hace tiempo que se utilizan capas de cristales líquidos en las ventanas para gestionar la temperatura", explica Stephan Wetzel, especialista de Porsche en el tema de cristales para automóviles. 

El techo panorámico con Sunshine Control resulta mucho más funcional que la cortinilla convencional, que restringe el espacio libre sobre la cabeza. También es más eficaz a la hora de aislar del calor. En estado transparente, el techo panorámico del Taycan deja entrar al habitáculo mucha más luz que los techos tintados que se usaban hasta ahora.

Para este techo se necesitan siete capas. En el núcleo, una matriz de polímero con una capa conductora de la electricidad extremadamente fina a cada lado. Cuando no hay tensión eléctrica entre estas dos capas, la matriz permanece mate; cuando la hay, los cristales líquidos se reorganizan y dejan pasar la luz. En cada cara de este núcleo hay una película de seguridad y una capa de vidrio, de tal forma que la que está en el exterior refleja el calor del sol gracias al revestimiento plateado y la que va en el interior ejerce un efecto aislante.

El cristal compuesto es mucho más ligero que un techo equiparable de una sola capa de vidrio y, además, su aislamiento acústico es especialmente bueno en el rango de frecuencias de la música y la voz humana. 

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