Argumentos como la menor carga impositiva, los diversos beneficios arancelarios y hasta la posibilidad de estar exento de Pico y Placa en varias ciudades, motivan cada vez más a los usuarios colombianos a adquirir vehículos híbridos y eléctricos, segmento que tiene una dinámica comercial muy fuerte en el país, al punto que, en octubre pasado, logró una cifra récord de 2.351 matrículas nuevas, lo que supone un crecimiento de 257,8% con respecto al año anterior, según cifras de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos).
En ese contexto, es importante resaltar que los vehículos con tecnologías híbridas son los que, de lejos, tienen el mayor protagonismo en Colombia en lo que se refiere a movilidad limpia: mientras que en los primeros 10 meses del año se comercializaron 887 vehículos totalmente eléctricos en el país (lo que supone un crecimiento del 50% frente al mismo periodo de 2020), datos de Fenalco-Andi revelan que en el acumulado hasta octubre se vendieron 12.650 vehículos híbridos y ello supone un crecimiento de 738%, en relación con 2020 y de 1.043% con respecto al mismo periodo de 2019.
La enorme diferencia en cifras de ventas entre híbridos y eléctricos evidencia que, definitivamente, los primeros integran el subsegmento de vehículos con mayor demanda en Colombia. Aquí es donde cobran especial relevancia las ofertas que se hacen en la gama premium, modelos que suelen convertirse en referentes de tecnología y capacidad para el mercado local. Ese es justamente el lugar de privilegio que ocupa nuestro invitado de turno, el capacitado sedán BMW 330e iPerformance.
En principio, digamos que fue en el 2017 cuando BMW amplió su gama de modelos electrificados con la presentación de la familia iPerformance. Se trata de vehículos que están a medio camino entre los autos a combustión y los modelos 100% eléctricos, estos últimos son los que el fabricante agrupa bajo la sombrilla de la sub-marca BMW i, como es el caso del i3.
La particularidad de dicho nicho apunta, como se puede inferir, a modelos híbridos-enchufables. Son unidades que disponen de un propulsor de combustión y un motor eléctrico adicional, el cual no solo asiste la gestión del tren motriz en momentos puntuales, sino que, eventualmente, permite el desplazamiento de hasta más de 50 kilómetros en modo completamente eléctrico.
BMW 330e: diseño
Si hay un modelo que pueda alardear de ser referente en un segmento ese es el Serie 3 de BMW. Son siete generaciones, a través de las cuales ha logrado consolidar una propuesta estética que mezcla con acierto elegancia, dinamismo y modernidad. Todos esos detalles los referimos, en su momento, en la prueba que hicimos a la versión convencional del 330.
Considerado el sedán deportivo por excelencia, la fórmula visual de este vehículo se ha depurado a lo largo de más de 45 años, de tal forma que la propuesta luce aplomada y madura, con trazos característicos y en cuyo frontal se resaltan los tradicionales riñones de marco plateado, de cuyos extremos surgen los estilizados grupos ópticos de tipo LED, tanto adelante como atrás.
Cuando debutó el esquema híbrido en BMW, había algunas señales visuales que diferenciaban estos modelos de su contraparte de gasolina, como la presencia de detalles en tono azul metalizado que se podían encontrar en las lamas de la parrilla y en las tapas de las ruedas, pero esto no fue del agrado de todos los usuarios. Quizás por ello, ahora, salvo la presencia de la letra “e” que acompaña a la referencia 330 y la tapa que oculta el enchufe para conectar el vehículo en el guardabarros izquierdo, no hay ninguna diferencia estética evidente entre la versión convencional y la híbrida.
En el equipamiento exterior de este modelo electrificado se destacan detalles como la doble salida de escape, los rines de aleación de 17” y bitono, el techo de cristal eléctrico y las llantas Run-Flat.
BMW 330e: interior y equipamiento
El acceso y la comodidad que ofrecen los asientos delanteros son irreprochables; se nota que la marca logró afinar una propuesta que acoge con total comodidad a los pasajeros, con un nivel de acabados, texturas y bienestar que, no en vano, convierten a la Serie 3 en el referente obligado de la categoría.
En la parte posterior aplica la buena valoración de comodidad para las plazas externas, pues el quinto acompañante debe lidiar con un túnel de la transmisión particularmente alto y la extendida consola central delantera, en cuyo respaldo se adaptan los controles y las salidas de la climatización del área posterior.
Puertas adentro, salvo por las gráficas del cuadro de instrumentos y por los botones de los modos de manejo, tampoco hay forma de que los ocupantes adviertan alguna diferencia frente a la versión convencional del 330. En todo caso, debido al espacio que ocupa la batería de iones de litio (con 10,8 kWh de capacidad) que hace parte del sistema híbrido, otra particularidad de este sedán es que el área de carga que ofrece es de 375 litros; es decir, 105 litros menos que la de su homólogo 100% de combustión.
Dentro del equipamiento con el que cuenta este híbrido enchufable se destacan recursos como: tapizados en símil de cuero (Sensatec) dirección Servotronic, acceso y encendido sin llave, volante multifunción con levas, techo de cristal de accionamiento eléctrico, asientos delanteros eléctricos (con memoria el del conductor), climatización digital bizona y asistente de parqueo en paralelo o perpendicular, que no solo hace la gestión automática (maniobra, acelera, frena y opera los cambios), sino que además almacena los últimos 50 metros del recorrido para poder salir por la misma ruta con solo activar la opción.
Este modelo también dispone del BMW Live Cockpit Professional, que integra tanto la pantalla de 12,3” del cuadro de instrumentos digital como el monitor central táctil de 10,25” del sistema de infoentretenimiento, con Bluetooth, conexión inalámbrica para celulares y el asistente personal inteligente “Hey BMW!"
En cuanto a seguridad y asistencias, el listado resulta más bien corto para este modelo, que cuenta con: frenos ABS, control electrónico de estabilidad, seis airbags, anclajes Isofix, sensores de lluvia y de luces, así como control crucero con función de frenado; en todo caso, los 185 millones de pesos que cuesta esta unidad justificarían la inclusión de muchos más recursos en este apartado.
BMW 330e: tecnología híbrida plug-in
Si hemos de ser justos, la oferta del híbrido ideal corresponde a los modelos enchufables (PHEV), como es el caso del 330e, pues, a diferencia de los híbridos “básicos” (HEV) que solo pueden cargar la batería a medida que el vehículo rueda (lo que implica consumo de gasolina), el modelo plug-in brinda la opción de cargar la batería en forma externa y así se puede iniciar la jornada con el 100% de carga.
Un híbrido enchufable, como 330e, es la opción perfecta para quien requiera desplazamientos regulares de longitud media urbana, en donde predomina el recorrido en modo eléctrico, y es allí donde más brilla. En todo caso, ello no lo descalifica en autopista o carretera, pues en esos tramos se destaca por su mayor autonomía y flexibilidad, frente a sus hermanos de combustión.
Digamos además, que el sedán híbrido de BMW se anima con un motor de combustión dos litros, que entrega 184 caballos de potencia y 300 Nm de torque. Los más juiciosos habrán advertido que las cifras de poderío del motor de combustión del modelo híbrido no corresponden a las de su “gemelo” de gasolina (258 hp y 400 Nm), sino a las del modelo 320; sin embargo, gracias a los 83 kW (111 hp) y 265 Nm de torque que aporta el propulsor eléctrico, el 330e dispone al final de 252 hp y 420 Nm, dosificados a través de una transmisión automática de ocho marchas.
BMW 330e: desempeño
La naturaleza ecológica de este modelo se advierte desde el primer momento, pues a pesar de disponer de tres modos de manejo (Electric, Hybrid y Sport), mientras tenga carga, la prioridad siempre la tendrá el esquema eléctrico. En este programa, el auto funciona solo hasta el 60% de la demanda de energía que entrega el sistema, lo cual se visualiza con un indicador a la derecha del tablero de instrumentos.
En modo 100% eléctrico, el 330e tiene una autonomía de desplazamiento de hasta 56 kilómetros y puede rodar a un máximo de 140 km/h. En este programa, nos da la percepción de que el auto se siente más ágil y suave que su homólogo de combustión, con la ventaja adicional de que se suprime la característica vibración del motor de gasolina, lo que incrementa la calidad de marcha, que se hace más confortable y silenciosa.
En modo Hybrid, la gestión eléctrica disminuye y se complementa con la del motor de combustión. En este caso, el nivel de demanda de potencia va de 0 a 40% y la velocidad máxima es de 110 km/h. Es importante aclarar que en este modo no siempre se usan los dos esquemas (eléctrico y combustión) en forma simultánea, sino que se tiene la disponibilidad de ambos; incluso, en este programa el auto también puede desplazarse 100% eléctrico, pues la intervención de uno u otro motor la hace el sistema considerando las demandas del conductor.
Por ejemplo, el auto rodará en modo eléctrico si la demanda de potencia no supera el 40% y si se circula a menos de 110 km/h; cuando se superan alguno de estos dos parámetros interviene el motor de combustión. La idea es justamente aprender a rodar aprovechando al máximo el modo eléctrico, pues con un manejo urbano normal y con un conductor consciente ecológicamente, es posible lograr el consumo estimado que promete la ficha técnica: 180 km/galón.
Finalmente, en el modo Sport, la configuración del cuadro de instrumentos cambia a un tono rojo y aparece un tacómetro convencional de rpm. Aquí se debe dejar en casa la consciencia ecológica, porque ambos propulsores se enfocan al desempeño y por ello trabajan en conjunto para ofrecer una aceleración y progresión realmente sobresalientes.
En el programa Sport también se cuenta con la función XtraBoost, una verdadera dosis adicional de poderío y adrenalina, gracias a la cual se dispone de 40 caballos de potencia extra durante 10 segundos, lo que resulta una verdadera delicia al momento de hacer un sobrepase o superar alguna pendiente exigente. Es decir, en ese microlapso de tiempo, ¡el vehículo entrega el equivalente a 290 caballos!
Si crees que la Serie 3 “normal” de BMW es el referente de los sedanes deportivos en cuanto a manejo dinámico, el gran plus del 330e es que eleva esa percepción, no solo por la silenciosa, oportuna, enérgica (nunca tan bien empleado este adjetivo) y progresiva entrega de poderío, sino además porque el nivel de bienestar, la insonorización y el buen ajuste e incluso el reglaje de la suspensión (un tanto seca, pero decente, considerando el peso), resultan tan confortables en ciudad como en carretera.
¿Quieres más argumentos? Añade el compromiso ambiental, los buenos registros de consumo y la posibilidad de transitar sin tener que preocuparte por el Pico y Placa.