Cuando vemos que el precio de la gasolina sube como espuma, naturalmente nos ponemos a pensar en cómo hacer para gastar menos. El detalle es que ahorrar gasolina es como perder peso: todos queremos una solución mágica, una pastilla, un líquido, una poción o una cirugía que nos haga el milagro, pero no queremos hacer lo que es realmente necesario para adelgazar.
Entonces buscamos soluciones infructuosas, como usar un nuevo tipo de aceite, imanes para el circuito del combustible o aditivos que, supuestamente, alteran la formulación de la gasolina y hacen que gastemos “X” por ciento menos. Vaya, en un universo con leyes cada vez más estrictas en relación con el consumo de combustible, si tales técnicas realmente funcionaran, los fabricantes de autos las usarían desde el mismo momento en que sus autos salen de la línea de producción, pues no les conviene que su auto gaste más, todo lo contrario. Pero sí existen formas de gastar menos y no es tan difícil como ir al gimnasio todos los días o ingerir solo 1.600 calorías diarias.
- Suena obvio, pero pocos lo hacen, a la hora de ir a la panadería o a la tienda ubicada a dos cuadras, hazlo a pie y no en auto. No solo harás ejercicio, sino que evitarás un trayecto corto cuando el auto, por no alcanzar la temperatura adecuada de funcionamiento, gasta más.
- Respeta los límites de velocidad: el mayor esfuerzo que hace un auto es vencer la resistencia del aire y mientras más rápido vaya, mayor será la resistencia. Un estudio de Consumer Reports mostró que cambiar la velocidad de un Nissan Altima de 88 km/h a 120 km/h equivale a cambiar el nivel de consumo de un Corolla al de un enorme SUV como la Sequoia.
- Arranca despacio: el momento de superar la inercia y poner el auto en movimiento es cuando se genera mayor consumo. Si el motor está turboalimentado o es un V8, es el hábito más difícil de perder.
Has cuentas y evita lo que parece fácil
- Circular a velocidad constante ayuda a reducir el gasto de gasolina. Es algo difícil de lograr en ciudades muy congestionadas, como Bogotá, por lo que es más fácil aprovechar en carretera.
- Usa el portaequipaje del techo solo cuando lo necesites, puesto que perjudica la aerodinámica, principalmente si cargas peso innecesario allí.
- Usa la gasolina indicada para tu auto: es importante que conozcas la relación de compresión de tu vehículo e indagues con el fabricante el tipo adecuado de gasolina. Si te indican que es Extra, usar gasolina corriente no será una buena decisión. Ten en cuenta que incluso, en el caso de los motores turbo, no hay consenso; por ejemplo, Renault afirma que su nueva Duster 1,3 Turbo puede usar sin problemas gasolina corriente, pero hay otros propulsores de ese tipo que demandan Extra.
- El aire acondicionado sí afecta el consumo de gasolina, pero también es un factor de seguridad que permite transitar con las ventanas cerradas y bajar el nivel de estrés en el habitáculo. Considera si ese ahorro vale la pena.
- Cuida la presión de las llantas: usa la indicada por el fabricante, que regularmente figura en la calcomanía en el marco de la puerta del conductor. Si no son las llantas originales, puedes inflarlas hasta 80% de la presión máxima indicada en la lateral del neumático.
- Por último, pero más importante, desconfía de los “milagros”, las soluciones como imanes, aditivos, etcétera.
Debes ser consciente de que ahorrar gasolina implica básicamente un cambio de hábitos, lo que no es nada simple. Por ello, la mayoría aún espera por una solución “milagrosa” que, lamento decirles, no existe.