En los últimos tres años han fallecido cerca de 6.400 personas en siniestros viales en Colombia y 700 mil resultaron lesionadas cada año, según informa la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda).
El preocupante panorama de la seguridad vial en el país ha encendido las alarmas, de tal forma que diferentes entidades públicas y privadas, como Fasecolda, Cesvi Colombia y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV); aúnan esfuerzos para promover la reducción de muertes y siniestros en las vías nacionales.
Cifras alarmantes
La siniestralidad vial se convirtió en una de las 10 primeras causas de muerte en Colombia en los últimos 14 años. Estas son algunas cifras clave:
- 57% del parque automotor registrado en el país son motocicletas.
- De 13,8 a 14,7 aumentaron las muertes por siniestros viales por cada 100 mil habitantes en 2005 frente a 2018.
- 54,4% de los fallecidos en los siniestros registrados eran motociclistas.
- 88% del total de personas lesionadas estaban en etapa productiva (entre 15 y 59 años).
Por su parte, el Gobierno Nacional no solo exalta el ascenso tecnológico (en materia de seguridad activa y pasiva) que promueven diferentes fabricantes en el marco de la responsabilidad empresarial, sino también el acompañamiento y la asesoría a los compradores para disminuir el impacto de la siniestralidad en las vías.
Un problema que nos compete a todos
Coherente con la directriz de Visión Cero de Seguridad Vial, según la cual todo siniestro vial es evitable en la medida que se logre establecer un sistema seguro, la ANSV recuerda que esta problemática es corresponsabilidad de todos los actores viales.
Para este ente del Estado, se deben considerar cuatro principios implícitos en la siniestralidad vial: el factor humano (los actores viales pueden cometer errores), la tolerancia de los sistemas (la infraestructura, los vehículos y una velocidad segura deben ayudar a reducir el daño ante la ocurrencia de un siniestro vial) la fragilidad propia de los humanos y la responsabilidad compartida.
Los especialistas consideran que para combatir este flagelo se deben tener tres directrices claras:
- Reducir de las muertes en las vías, con especial atención en los jóvenes entre 20 y 24 años, que son el grupo más afectado por esta causa.
- Disminuir los casos de incapacidad permanente, que anualmente afecta a cerca de 600 personas y a sus familias.
- Establecer casos certeros hacia la Visión Cero. Ninguna muerte en la vía es aceptable.
