A principios de septiembre, el Bugatti Chiron Super Sport 300+ logró el récord de velocidad para un auto de producción al llegar a los 490,484 km/h, marca realizada en la pista alemana de Ehra-Lessien y de la mano del experimentado piloto británico Andy Wallace.
Resulta que en aquella prueba Wallace vivió una situación muy inesperada y nada menos que a más de 400 km/h. El propio británico lo relató para el medio australiano Whichcar: “En la recta del trazado hay una parte que yo llamo ‘rampa y salto’, y la gente del equipo no entendía por qué, hasta que vieron la telemetría y descubrieron que allí el Chiron levantó vuelo”. En concreto, el piloto de 59 años (triunfador en las principales carreras de resistencia disputadas en Le Mans, Daytona y Sebring), llegó a estar en el aire al volante del hiperdeportivo, a una velocidad de 447 km/h.
La causa no fue ni un desperfecto mecánico ni nada relacionado estrictamente con el Bugatti, sino simplemente se trató del paso del vehículo por un cambio de superficie de la pista, en la que se “pasa de un piso liso y agradable para el auto a otro más viejo”, según comentó Wallace. Lo llamativo es que Bugatti había elegido el óvalo alemán por contar con mejores medidas de seguridad que otros tramos utilizados para las plusmarcas. Menos mal.
“Dentro del auto sentí que todo se iba despegando del suelo e inmediatamente después bajaba”, agregó el británico, piloto de pruebas de Bugatti y especialista en récords de velocidad desde hace varios años.
En el inesperado momento, Wallace sacó a flote toda su experiencia y no entró en pánico, lo que lo hubiese llevado a apretar el freno o doblar y en consecuencia tener un accidente posiblemente fatal. “Sabía que el cambio de superficie estaba ahí, así que lo único que hice fue mantenerme quieto y apretando el pie en el acelerador a fondo, puesto que si lo levantaba iba a modificar la distribución de peso del auto y eso podría haber generado un cambio sustancial en la parte delantera, que a esa velocidad habría sido cuanto menos problemático”, reconoció.
Vale recordar que Wallace manejó un Bugatti Chiron Super Sport 300+, máquina equipada con un motor W16 de 8,0 L y cuatro turbos que eroga 1.600 hp y ofrece un torque de 1.600 Nm. Se trata del Bugatti más rápido del mundo, nada menos.
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Así lograba el record el Bugatti Chiron