Debido a la cantidad de personas que siguen el Super Bowl a través de la televisión (más de 120 millones de espectadores solo en Estados Unidos), la cantidad que se paga por un comercial durante de la transmisión año atrás año alcanza cifras récord.
Por ejemplo, para la final entre los Jefes de Kansas City y los 49s de San Francisco, un spot de 30 segundos estuvo tasado en 5.6 millones de dólares, una cantidad nunca antes vista para un partido final de la NFL y para cualquier evento deportivo.
A pesar de lo caro que es anunciarse durante la transmisión del Super Bowl, desde noviembre de 2019, dos meses antes, los 77 spots de 30 segundos que se emitirían a lo largo del partido ya estaban vendidos.
Si bien la lista de anunciantes para este afamado partido abarca varias industrias, sin duda la que más invierte es la automotriz al registrar en 2020 el 17 por ciento del total invertido por los anunciantes en el Super Bowl.
Lo anterior quiere decir que de los $430 millones de dólares recaudados por los comerciales de televisión del Super Bowl, las marcas de autos gastaron cerca de $75 millones de dólares. Cabe señalar que esto es únicamente por el concepto de transmisión del spot.
A esto hay que sumar los costos de producción de los comerciales, los cuales son piezas específicas y muy altas en términos monetarios. Y es que caso del Super Bowl, los spots son sumamente interesantes para los televidentes que los recibe como parte del entretenimiento y no una acción publicitaria más.
De esta manera, una vez más, los fabricantes de automóviles fueron los que concentraron una mayor inversión publicitaria en el partido, liderazgo que ocupan desde 2011, sin embargo, estos han ido perdiendo terreno de forma progresiva en los últimos años.
Si bien 2019 supuso la participación más baja desde 2010, al anunciarse cinco marcas de autos, para 2020 las cosas estuvieron mejor al contar con la presencia de Audi, Kia, Hyundai, Genesis, Porsche, Toyota y Jeep.