Un consejo sabio: no manejes con rabia. Salir a desquitarse un rato al volante podría ser peligroso, puesto que dejamos que la furia o la frustración nos hagan más agresivos en nuestras reacciones.
Así como en los últimos años hemos visto aparecer sistemas de asistencia a la conducción basados en sensores capaces de comunicar a los conductores el estado del tráfico o el riesgo de accidentes en tiempo real, en un futuro, los autos también podrán comenzar a interpretar nuestras emociones, gracias a sistemas de inteligencia artificial y sensores biométricos.
Inteligencia artificial y emocional
El éxito de los sistemas de inteligencia artificial, un campo que avanza a pasos agigantados en todas las industrias, incluida la automoción, reside en saber responder a las necesidades humanas, las cuales, en muchos casos, son emocionales.
Al igual que en otros sistemas de inteligencia artificial, las emociones pueden monitorearse a través de sensores diseñados para detectar cambios en la respiración o en el latido del corazón, que son indicadores del estado de ánimo del conductor. También se usan cámaras de reconocimiento facial, que pueden “ver” si el conductor mantiene cerrados los ojos por mucho tiempo, si bosteza o sonríe.
Un ejemplo clásico de esta tendencia es la incorporación del sensor de fatiga, el cual estudia nuestro estilo de manejo y advierte si, después de varias horas de manejo, nos comenzamos a desviar o nuestra respuesta al volante es errática.
Algo más sofisticado es el prototipo de inteligencia artificial desarrollado por el MIT Media Lab, llamado Affectiva, que acumula un repositorio de datos de hasta siete millones de rostros analizados en 87 países diferentes.
Emoción y seguridad
Los datos recopilados por este tipo de dispositivos de "inteligencia emocional" se podrían combinar con los recogidos por otros sistemas de asistencia a la conducción, como el control de permanencia en el carril (lo que señalábamos del detector de fatiga). Además, compartir esta información con otros vehículos contribuiría a mantener la seguridad en las vías y evitar accidentes. Según expertos del sector, más del 90% de los accidentes de tráfico son causados por errores humanos, a menudo relacionados con el estado de ánimo de la persona que está al volante.
Honda lleva décadas dedicando esfuerzos a la innovación tecnológica y el desarrollo de sistemas ajenos a la industria de la automoción, ejemplo de ello es su robot ASIMO. El ejercicio de pensar por fuera de la industria automotriz también es una fuente de investigación y desarrollo, puesto que, en un futuro, tal como los robots, los autos que formen parte de la cuarta revolución industrial también tendrán como aliados a la inteligencia artificial y la ayuda del big data.
¿Puede un auto expresar empatía?
El mejor ejemplo de los avances de Honda en este campo es HANA (Honda Automated Network Assistant), asistente personal de la marca equipado con inteligencia artificial. HANA, presentado en 2017 junto al nuevo NeuV (New Electric Urban Vehicle) en la feria CES, es capaz de leer las emociones del conductor y ajustar la música, la temperatura y otros factores que afectan su estado anímico y su atención en la carretera.
Honda ha hecho públicas también sus conversaciones con Softbank para equipar la gama de automóviles Honda con el Pepper robot, un bot de tamaño real desarrollado por esta empresa especializada en inteligencia artificial.
En un futuro no muy lejano, tu auto tendrá autonomía no sólo para ofrecerte consejos de seguridad en la conducción, sino también para expresar empatía y acompañarte como un buen amigo. La realidad está por superar a la ficción.