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Rolls-Royce Ghost Black Badge Gamer: lujoso homenaje a la cultura arcade

Este "one-off" es evidencia de lo que sucede cuando un cliente gasta una enorme suma para plasmar en un auto su pasión por la cultura Arcade.

Rolls-Royce Ghost Black Badge Gamer: lujoso homenaje a la cultura arcade

La división de personalización Bespoke de Rolls-Royce nos sorprende una vez más con un encargo asombroso, ya que un cliente fanático de los videojuegos de los años 80 le pidió a la marca británica que creara un único y extraordinario modelo, que se denominó Ghost Black Badge Gamer. Se trata de una especie de homenaje de lujo a la cultura Arcade de hace casi medio siglo.

La nueva creación de Rolls-Royce Bespoke reinventa la estética de 8 bits de los videojuegos clásicos mediante detalles interesantes, algunos a la vista y otros "ocultos", como si fueran "huevos de pascua" (Easter Eggs) de los juegos

A nivel exterior, cuenta con una llamativa configuración bicolor: la carrocería principal en Azul Salamanca y la parte superior en Cristal Brillante sobre Negro Diamante, una característica que, según la marca, evoca la estética "supermetálica" y luminosa de las máquinas de videojuegos clásicas.

Los diseñadores de Rolls-Royce colaboraron estrechamente con el cliente para desarrollar un motivo único que codificara el encargo. Apodado "el Alienígena Travieso", en este auto, la famosa línea Coachline es una "tira" verde pintada a mano, con un diseño de explosión rosado de 8 bits en un lateral del auto, así como en tonos amarillos y azules en el otro. Creado a partir de 89 píxeles individuales —cada uno de tan solo 3 x 3 mm—, evoca los gráficos de mapa de bits de los primeros videojuegos.

El interior en negro y café Casden Tan del Ghost Gamer es un homenaje rico en detalles y texturas a los inicios de la era digital. Según la marca, cada detalle se diseñó y elaboró para recompensar la exploración, evocando la lógica y el lenguaje visual de las máquinas recreativas de finales de los 70.

Los asientos cuentan con bordados personalizados: "Jugador 1" y "Jugador 2" en la parte delantera, y "Jugador 3" y "Jugador 4" en la posterior, con una tipografía de estilo 8 bits. Los colores de las costuras se inspiran en los tonos eléctricos y parpadeantes de los monitores arcade clásicos, y se contrastan con bordados "Cheeky Alien" en cada apoyacabezas. Al igual que la línea Coachline, el diseño se compone de «píxeles» individuales: 89 en total por diseño.

La zona entre los asientos traseros, denominada Cascada, está terminada en fibra técnica Black Badge y adornada con otro homenaje a la iconografía de los primeros videojuegos: dos naves espaciales con forma de plato volador, incrustadas en acero inoxidable, que flotan sobre una escena lunar pintada a mano con un fondo de cielo estrellado; un diseño inspirado en las ilustraciones de las primeras máquinas de videojuegos.

Entre otros elementos, el Ghost Gamer luce un revestimiento de techo "Pixel Blaster", en la que una formación de 80 naves de batalla, cada una iluminada con fibra óptica colocada a mano envuelve la parte superior del habitáculo. La función Shooting Star, sello distintivo de la marca, se reprogramó para simular disparos láser, añadiendo un toque nostálgico y dramático al cielo nocturno.

El encargo se completa con estribos iluminados personalizados, visibles al abrir las puertas, grabados con la misma tipografía gráfica de 8 bits que el bordado de los asientos y muestran mensajes clásicos de videojuegos arcade: "Pulse Start", "Cargando...", "Suba de nivel" e "Inserte moneda".

Entregado a un emprendedor tecnológico, este encargo demuestra cómo Black Badge responde a las pasiones, gustos y códigos culturales de una nueva generación de coleccionistas que se atreven a jugar de forma diferente y, sinceramente, luce muy bien.

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