
Desde sus inicios, hace más de un siglo, Rolls-Royce no solo ha sido reconocida por la robustez de sus motores y la gran calidad de sus vehículos, sino también por el alto nivel de personalización. En sus inicios trabajando con afamados carroceros y en la actualidad contando con una de las divisiones de artesanos más importante de la industria automotriz.
Gracias a las opciones casi infinitas y exclusivas de formas para personalizar sus autos, más el arribo de multimillonarios de China, influenciadores y otras figuras con alto poder adquisitivo, que quieren gritarle al mundo que “pueden tener lo que quieran”, marcas como Rolls-Royce, obtienen ganancias récord.
Hace unos días, la marca (propiedad de BMW) informó que, en la actualidad, en promedio, sus clientes gastan más de 500,000 dólares en opcionales para sus autos, una cifra que en la mayoría de los casos duplica el precio base de los vehículos.
Por ejemplo, su modelo más exitoso actualmente es el crossover Cullinan, esta camioneta tiene un precio base de 407.750 dólares. Por su parte, el Ghost arranca en 357.750 dólares, al tiempo que el Phantom, la máxima expresión del lujo en la marca (que este año cumple 100 años en el mercado) parte desde los 517.750 dólares.
Eso significa que sus autos terminan saliendo del concesionario con un precio final que ronda el millón de dólares, dejando importantes ganancias, si tenemos en cuenta que en 2024 vendieron 5.712 vehículos, y en 2023 tuvieron el mejor año de su historia, con más de 6.000 entregas.
Este año, Rolls-Royce anunció una inversión de 300 millones de libras para realizar una expansión en sus instalaciones de Goodwood, Inglaterra, para la división de personalización y recarrozado, otra tendencia que, a Bentley (con Mulliner) le está funcionando muy bien para crear ediciones limitadas con diseños exteriores distintos, sobre todo, basados en sus modelos de producción.