Ferrari estrenará su primer auto 100% eléctrico (EV) en octubre próximo; aunque de por sí es un hito significativo para una marca tan tradicional, el verdadero reto está en la llegada de su segundo EV.
Ese sería el modelo de producción en serie que marcaría un antes y un después para Maranello… pero ya no. Según la agencia Reuters, ese segundo eléctrico se retrasó hasta 2028, porque (palabras más, palabras menos) nadie lo quiere. “La demanda es cero”, dijo una fuente cercana al proyecto.
Es que, a diferencia de otras marcas que se lanzaron de lleno a la electrificación, Ferrari ha preferido ir despacito y con buena letra. El primer EV será un modelo de producción, sí, pero de volúmenes bajos, más simbólico que estratégico.
Se dice que será más grande que los Ferrari típicos, pero no será un SUV. En todo caso, está lejos de convertirse en parte del portafolio central.
El segundo eléctrico sí tenía más ambición: se tenía proyectada una producción entre 5.000 y 6.000 unidades en cinco años. Sin embargo, con una clientela que todavía prefiere motores V8 y V12 cantando a todo pulmón, el proyecto perdió impulso.
El lado positivo es que Ferrari tendrá más tiempo para afinarlo y vaya que lo necesita, si quiere competir con el Lanzador de Lamborghini, que lleva dos años enseñando músculo, aunque su venta iniciaría en 2029.
Mientras los de Sant'Agata Bolognese aprovechan la tecnología ya probada del Grupo Volkswagen, Ferrari tiene que partir desde cero. Pero si algo ha dejado claro la casa de Maranello es que no quiere llegar primero, quiere hacerlo perfecto. Porque en este juego, el primer eléctrico de la casa tiene que ser inolvidable… o mejor no salir.
