Hace algunos meses, Lamborghini presentó su nuevo superdeportivo, el Temerario, un cupé híbrido con 902 caballos de potencia, que se posiciona un escaño arriba del Huracán y uno debajo del Revuelto, ofreciendo así una de las gamas más completas que ha tenido la marca italiana en su historia.
Con todo ese poderío y los 2,7 segundos que requiere para acelerar de 0 a 100 km/h, es claro que el Temerario necesita un chasis a la altura de su desempeño. Por ello, la marca de Sant’Agata Bolognese desarrolló la plataforma Body-in-White.
Este monocasco se construye totalmente en aluminio y, sorprendentemente, no se emplean piezas de fibra de carbono en su construcción.
El marco está hecho con una nueva aleación de alta resistencia para fundiciones a máxima presión, mientras que se utilizaron extrusiones hidroformadas de alta resistencia para otros componentes; además, se incrementó el uso de piezas huecas hechas con moldes. Estas tecnologías permitieron minimizar la complejidad del marco y optimizar el peso.
Por otro lado, este superdeportivo tiene una importante reducción en el número de soldaduras por calor: 80% menos de longitud total del cordón de soldadura, con respecto al Huracán.
Además de esta reducción de peso, la marca asegura que esta nueva plataforma es un 20% más rígida que sus antecesoras, pero al mismo tiempo ofrece un alto nivel de seguridad para los pasajeros y es una de las razones principales del excelente desempeño dinámico del Temerario.