Porsche comenzó a escribir su historia eléctrica en 2019, cuando conocimos su primer modelo totalmente eléctrico: el Taycan, que se renovó el año pasado en el país. Han transcurrido cinco años desde entonces y aunque el modelo a baterías tuvo gran acogida a nivel mundial, los tiempos cambian, así comno los intereses de los clientes hacia los modelos eléctricos. Tales factores obligaron a la firma bávara a seguir desarrollando motores a combustión y dejar de lado, por el momento, su transición a ser un fabricante de automóviles totalmente eléctricos.
La primera alerta se encendió en julio pasado, cuando Porsche advirtió que surgían dificultades para vender sus autos eléctricos en los principales mercados del mundo (salvo China), por lo que tuvo que hacer un alto en el camino y poner la palanca de cambios en reversa, en torno a la meta que tenía trazada para 2030, cuando el 80% de su portafolio de modelos sería eléctrico.
Un segundo factor de la ecuación lo representan dos modelos emblemáticos: el 718 Cayman y el 718 Boxster, cuyas variantes térmicas están en sus últimos años de fabricación, para dar paso después de 2025 a ejemplares eléctricos. Sin embargo, las ventas mundiales de ese modelo reportan un aumento del 10%, a pesar de estar descontinuado en algunos mercados donde se comercializa.
Además, la firma alemana informó en su reporte de ventas del tercer trimestre del año pasado, que su departamento de investigación y desarrollo incrementó la flexibilidad en lo relativo al desarrollo de sistemas de propulsión, incluyendo motores a combustión electrificados.
Lo anterior se refrenda con declaraciones hechas recientemente al medio Autocar por el jefe de I+D de la compañía, Michael Steiner, donde no deja lugar a duda acerca de lo importante que es para la firma automotriz el tema de la combustión interna, pero que van en contravía de lo que se decía seis meses atrás.
Es así como Porsche se suma a la lista de constructores de autos que ponen revierten sus planes de vender autos eléctricos, al apostar fichas en los llamados combustibles sintéticos o e-Fuels, que sería el paso lógico en la transición hacia el "electrocombustible" o carga eléctrica, por cuanto no se pueden ignorar los miles de millones de vehículos a combustión que aún transitan por las calles y carreteras del mundo.