En gran parte del mercado asiatico, Toyota comercializa desde hace casi un año a una pequeña pick-up asequible y versátil para las necesidades de los trabajadores de esa región: la Toyota Hilux Champ. Su potencial es muy alto e incluso se rumora que quieren traerla a algunos mercados de Latinoamérica, pero antes de que cualquiera de esas cosas suceda, la división deportiva de la marca le ha suministrado más que un par de detalles.
En Tailandia existe una categoría de automovilismo que se llama Super Pickup, un campeonato donde justamente solo pueden inscribirse pick-ups, por ello Toyota Gazoo Racing vio una oportunidad de explorar los límites de este peculiar producto. Por cierto, desentona un poco, pues compite en la pista con versiones modificadas de camionetas como Ford Ranger, Mitsubishi L200 o Isuzu D-Max (Mazda BT50).
Para ser competitiva frente a sus rivales, considerablemente más grandes, recibe varios cambios en su pequeño motor de cuatro cilindros turbodiésel de 2,4 litros. Si bien la marca no anuncia cuánto desarrolla más sobre sus 150 hp de fábrica, nos comentan que lleva un nuevo turbo, un intercooler más grande, escape de carreras, inyectores y bomba de gasolina; así como una toma de aire de mayor flujo. De igual forma, su transmisión se refuerza para soportar el poder extra y solo envía la potencia al eje trasero.
Claramente la suspensión es más baja, lleva frenos de competencia y llantas lisas para maximizar el agarre en todo momento.
Sin duda alguna cambió su imagen, al dejar de lado su diseño simple y tradicional para añadir un kit de carrocería ancha, tomas de aire mucho más grandes, rines ligeros, una cubierta para el platón, difusor y hasta un alerón que busca plantar mejor su eje trasero.