Para nadie es un secreto que Stellantis está en una etapa de reducción de costos. Hace algunos meses hablamos de la posibilidad de vender alguna de sus marcas, como Maserati. Sin embargo, esa estrategia también tendría otras variantes y ahora se conoció otra forma de generar recursos y bajar su carga financiera: reducir o vender instalaciones.
Ese parece ser el caso de Arizona Proving Ground, uno de sus centros de pruebas y desarrollo en Estados Unidos.
Su cierre se haría efectivo a finales de este año, lo que supondrá despidos para parte de la plantilla de trabajadores de dicho centro, quienes se suman a los empleados de los que ha prescindido Stellantis después de la fusión con FCA.
El recinto de pruebas y desarrollo Arizona Proving Grounds emplea actualmente a 69 personas y cuenta con 112 kilómetros de circuitos. Además de las zonas habilitadas para pruebas en climas cálidos, la ubicación de esta planta es buena para las evaluaciones de vehículos en climas extremos y polvorientos.
Stellantis confirmó el cierre de estas instalaciones la semana pasada, a través de un comunicado enviado por correo electrónico. En dicha información se dice que la empresa continúa buscando oportunidades para mejorar la eficiencia y optimizar su presencia para asegurar la competitividad futura en el cambiante mercado global.
Este gigantesco espacio no siempre fue de Stellantis, puesto que nació como escuela de artillería y centro de entrenamiento para el ejército estadounidense; luego lo compró Ford en 1954 para convertirlo en centro de pruebas.
En 2007, Chrysler pagó 35 millones de dólares para hacerse con sus servicios y transformarlo en el actual centro de pruebas, siendo uno de los más grandes que tiene la firma.
El aviso de venta ya se publicó y hasta el momento se desconoce si hay interesados.