Chrysler es algo así como una marca zombi. No es la primera marca histórica del mundo motor en caer en dicho estado, pero con tanta competencia en estos tiempos modernos, es lógico que se vayan acabando los espacios, en especial para las divisas que no supieron adaptarse. Nunca supimos si Chrysler era una marca premium generalista, una marca de lujo o una marca de nicho: probablemente, en casi 100 años de historia, ha sido todas.
La marca norteamericana siempre ha estado asociada a otros fabricantes. Si hablamos de Chrysler, también hay que hablar de Dodge, de Plymouth y de Mopar. También podríamos hablar de Jeep, aunque esta última tiene otras raíces; por su parte, RAM, ya separada de Dodge, también tiene vida propia. Dodge hoy está en un proceso de transición hacia la electromovilidad y se orienta a ser una marca netamente deportiva con raíces muy americanas. Mopar pasó a ser una empresa de autopartes y Plymouth se descontinuó hace mucho.
Hoy, Chrysler es una empresa más del gigante Stellantis, la megafusión entre el grupo FCA (FIAT-Chrysler) y PSA (Peugeot-Citroën). Es una mezcla extraña de culturas donde conviven autos norteamericanos y europeos, que, como sabemos, se fabrican con base en ideologías muy diferentes; sin embargo, todas las marcas de Stellantis han tratado de salir adelante, incluso Lancia, la histórica marca italiana que hasta hace poco estaba en el mismo cajón olvidado que Chrysler.
¿Volver a las raíces?
Chrysler Halcyon, el último conceptual de la marca.
El bisnieto de Walter P. Chrysler, Frank B. Rhodes Jr., apareció hace poco en YouTube con un video (muy aficionado si me preguntan) de seis minutos, donde expone sus razones y deseos de comprar los derechos de marca de Chrysler, Dodge, Plymouth y Mopar; así como sus operaciones, plantas, oficinas y empleados para crear una nueva corporación. El video se colgó en el foro Mopar Insiders y lo divulgaron los colegas de Motor1.
El mensaje audiovisual no es muy claro en los planes concretos de Rhodes, pero recoge mucho de la nostalgia, del papel que jugó Chrysler en la industria automotriz norteamericana, sus modelos icónicos, su participación militar, entre otros. Mientras busca diversos inversionistas, la hoja de ruta propone encontrar un balance entre lo más tradicional y lo más reciente, con propulsores híbridos, modelos de alto desempeño y opciones más económicas. Por supuesto, también está el deseo de traer de regreso estas marcas a territorio norteamericano.
Es difícil suponer que Stellantis quiera soltar alguna de estas marcas; de hecho, de ser así, probablemente solo sea Chrysler, que es la única que en este momento está "en el limbo" con apenas una minivan (la Pacifica). Sobra esperanza, falta dinero... y un plan competitivo.
Chrysler 21st Century F B Rhodes
