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Kia K3 2024, primer contacto desde Perú

El reemplazo del Rio Sedán estuvo presente en el SAB 2023 y ahora tuvimos oportunidad de probarlo antes de su inminente arribo a Colombia.

Kia K3 2024, primer contacto desde Perú

La península de Paracas se encuentra a 260 kilómetros de Lima, en Perú, y fue el lugar que escogió Kia para lanzar al K3 en la región de centro y Suramérica. El K3 fue una de las grandes novedades que presentó la marca en el Salón del Automóvil de Bogotá 2023 y es inminente su llegada al país; de hecho, ya conocíamos algo de este modelo cuando se hizo el lanzamiento global, en México, en agosto pasado. Se trata del nuevo sedán regional de la marca coreana, el cual reemplazará al Rio y también al Cerato, al menos hasta que aparezca un futuro "K4".

¿Por qué hablamos del Cerato? Porque el K3 es un sedán del segmento B+, pensado para convivir entre estos dos segmentos, al ofrecer la habitabilidad, el diseño y la tecnología del segmento C (que desapareció ante los SUV), pero con el valor y lo aseqiuble de un sedán del segmento B, gracias a su fabricación regional y al emplear motores aspirados, de los cuales hablaremos más adelante.

Desde Paracas, manejamos (lamentablemente, en una larga y lenta caravana) hacia Ica, en ruta a la Viña Queirolo. Esto nos sirvió, más que para probar lo dinámico, para conocer sus funciones, equipamiento, comodidad y vida a bordo.

Kia K3, impresiones de diseño y tamaño

El K3 mide 4,5 metros de largo y 2,67 metros de distancia entre ejes. Esto lo hace 50 mm más grande que un Nissan Versa (segmento B) y 30 mm más corto entre ejes que un Toyota Corolla (segmento C). Sus dimensiones le permiten destinar 987 mm de distancia para las plazas traseras, más que los dos modelos mencionados, y reservar un gran baúl de 544 litros, mucho más cercano al del Corolla que al del Versa. Esto es para explicar sus ventajas prácticas.

Por el lado del diseño es un auto verdaderamente atractivo y aerodinámico (0,29 cd), con los nuevos faros LED de diseño "mapa estelar" y una silueta tipo fastback. Decimos "tipo" porque sigue siendo un sedán, con compuerta de baúl convencional. Adopta rines de 17" en la versión intermedia y GT Line, además de una muy bien lograda moldura de aluminio bajo las ventanas. Es como mirar un "mini K5". 

En las puertas destacan dos líneas paralelas que añaden tensión y que lucen como una estructura sólida, la cual se difumina hacia los guardabarros, con lo que se resalta el ancho de los mismos.

Lo que aún no nos convence mucho son los guardarros con elementos plásticos, al igual que el parachoques trasero y la parte baja de las puertas, al estilo crossover, aunque desde la marca lo justifican diciendo que es por dar "robustez y durabilidad" a zonas que se rayan o se gastan rápidamente. Los faros LED frontales, aunque lucen delicados, la marca señala que cuentan con una estructura que les da mayor solidez ante impactos.

Kia K3, en el habitáculo

El interior, si bien cuenta con materiales económicos, como es la tónica con Kia, están bien concebidos y armados. Lucen modernos y atractivos, al menos la mayoría. Nuestro auto de pruebas era el modelo GT Line, con techo negro, molduras con diseño de lunares, butacas en ecocuero bitono y tela, pedales de aluminio, entre otros. El espacio es abundante y se nota, aunque los asientos delanteros los encontramos algo estrechos.

El equipamiento es muy bueno y funcional, pero con algunas inconsistencias menores. De lo bueno, llave inteligente, encendido por botón y moderno volante de dos radios con levas al volante (de tacto frio y buena calidad); así mismo cuenta con cuatro enchufes USB (tres de tipo C y uno de tipo A) que son de carga rápida. 

También hay salidas de aire traseras, luces ambientales en 64 colores, cargador inalámbrico y portavasos, tanto en las puertas como en la consola central. Cuenta con un comando de climatización que se transforma en los accesos directos de la radio con un solo toque, algo que en lo personal no nos gusta mucho, pero que funciona bien en el K3. Abajo, con el cargador inalámbrico, hay un práctico soporte para teléfonos.

Hay un panel integrado con el tablero de instrumentos digital y la pantalla de 10,25" del sistema multimedia, mismo que hemos visto en Seltos o Carens, con conectividad inalámbrica, cámara de retroceso y buena implementación (rápido, fácil y legible).

La parte inconsistente la vemos en las asistencias de manejo que el auto incorpora. Es raro que un auto tenga mantenimiento activo de carril y frenado autónomo, pero no tenga control crucero adaptativo. Es decir, programamos la velocidad y el auto se mantiene en el carril como si tuviera manejo semiautónomo de nivel 2, pero si se acerca a un auto, debemos frenar y se corta todo. También tiene monitor de punto ciego, alerta de colisión frontal, monitor de fatiga y luces altas automáticas, que se suman a los seis airbags y el ESP de serie.

Tres gadgets que no pudimos corroborar del equipamiento fue el cargador inalámbrico con enfriador, los asientos ventilados y las luces con función cornering. De seguro, estos elementos solo están disponibles para modelos más equipados, como quizás sea el caso del K3 con motor 2.0 que se vende en México. ¿Sunroof? Para el segundo semestre del 2024 (MY2025).

Kia K3, su manejo

Aunque también está disponible con un propulsor 1,4 litros de 99 hp, el K3 se moverá principalmente con un bloque 1,6 litros aspirado (con D-CVVT) de 121 hp y 157 Nm, asociado a cajas de seis marchas, mecánicas o automáticas. ¿Por qué no un motor turbo? La marca lo decidió así para lograr un precio más competitivo y tener mejor fiabilidad bajo distintas condiciones de uso (países con estándares más bajos de calles, combustibles o mantenciones). A futuro si podría sumarse, con tecnología MHEV, pero necesita pasar muchas pruebas de fiabilidad en la región.

En ciudad, con cuatro ocupantes se mueve con tranquilidad y soltura, pero en carretera si le cuestan los adelantamientos. Se ayuda de una caja bien escalonada, que no es la más rápida, pero que al menos es obediente y permite exprimir su empuje. Alégrense: podría haber sido una CVT.

Lo mejor es la sensación del chasis, muy bien insonorizado, con una dirección sintética pero predecible y suave, además de una suspensión correcta para caminos mixtos (irregulares o con baches). Se siente "más auto" que el Rio, mucho más refinado y maduro.

Esperamos con ansias el arribo local del Kia K3 para darnos una vueltica más larga y seguir corroborando las buenas sensaciones que nos dejó este breve contacto.

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