Con el ánimo de estimular el uso del transporte público y descongestionar las vías en las horas de mayor tráfico urbano, William Camargo, ministro de transporte, propuso hace algunos días restringir la movilidad de carros particulares en horas pico; sin embargo, dicha propuesta genera varios reparos entre los gremios del sector automotor, que ya de por sí atraviesa una crisis por la pronunciada caída en la venta de vehículos.
En ese escenario, la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos) advierte sobre los posibles inconvenientes y desafíos que podría generar la implementación de tal medida, considerando que el servicio de transporte en las principales ciudades del país es insuficiente e inseguro.
La primera reflexión tiene que ver precisamente con que la percepción de la ciudadanía sobre los sistemas de transporte público en Colombia es que son poco eficientes, incómodos e inseguros; esto es uno de los principales motivadores para que las personas consideren el uso de vehículos individuales.
Vale señalar que la oferta de sistemas de transporte público masivo y de taxis no es suficiente para satisfacer la demanda en las grandes áreas urbanas, lo que hace necesario el uso de vehículos particulares. Además, otras alternativas de movilidad, como caminar o andar en bicicleta, no son viables en todas las necesidades de desplazamiento.
Por otra parte, es preciso indicar que pese a lo que muchos opinan, el volumen de vehículos per cápita en Colombia es relativamente bajo frente al promedio de otras naciones. Vale recordar que el sector automotor aporta a la economía nacional 160 billones de pesos en valores agregados encadenados.
Andemos señala que restringir el uso de todos los vehículos particulares en horas pico sin realizar un análisis exhaustivo de las deficiencias del transporte público podría generar una serie de inconvenientes para la población; por ejemplo, se afectarían quienes dependen de sus vehículos para trabajar, llevar a sus hijos al colegio o realizar tareas diarias. De igual forma, grupos vulnerables como las personas mayores o con movilidad reducida enfrentarían dificultades para acceder a servicios esenciales o participar plenamente en la vida social.
Existen alternativas
Antes de considerar medidas severas de restricción vehicular, lo ideal es coordinar primero esfuerzos para mejorar y fortalecer el transporte público, lo que implica acciones como invertir en infraestructuras adecuadas, aumentar la frecuencia y puntualidad de los servicios, mejorar la seguridad en las redes de transporte y garantizar una cobertura completa y equitativa para todos los ciudadanos.
En todo caso, los gremios proponen considerar otras medidas de circulación de los vehículos particulares basadas en criterios ambientales; por ejemplo, tener en cuenta que la edad promedio de los 6,6 millones de automotores en Colombia es de 17,5 años y que 60% del parque automotor supera los 10 años. En tal sentido, se podrían implementar medidas de restricción basadas en la edad vehicular.
Tal medida ya se ha implementado en ciudades con muchos más vehículos, como es el caso de Madrid (España) o Ciudad de México. Los expertos consideran que la adopción de esta iniciativa en Colombia permitiría renovar la flota vehicular por unidades más recientes, amigables con el ambiente y seguras.
“Invitamos a los responsables de la toma de decisiones a considerar estas cuestiones y buscar soluciones integrales que aborden los problemas del transporte público antes de imponer restricciones severas al uso de vehículos particulares. La movilidad sostenible y eficiente es un objetivo alcanzable, pero requiere un enfoque equilibrado y bien planificado”, puntualiza, Oliverio García, presidente de Andemos.