Recientemente incorporada a la movilidad eléctrica, Toyota dio a conocer una serie de cambios que implementará en su plan dedicado al tema. Las principales novedades tienen como protagonistas a las baterías, que se optimizarán especialmente en cuanto a autonomía, costos y tiempos de recarga; se trata de ítems destacados en la producción de modelos cero emisiones. También anunció cambios para la producción de los modelos y políticas referidas al hidrógeno.
Lo que espera Toyota de sus baterías
En abril pasado, la marca japonesa aseguró que antes del 2026 lanzará, al menos, diez modelos eléctricos. Ahora, sostiene que desde dicho año develará una nueva generación de vehículos a batería.
Una de las características principales que tendrán los flamantes modelos es que contarán con distintos tipos de baterías, incluyendo las de LFP (fosfato de hierro y litio), y las de estado sólido, entre otras.
Comparándolo con el bZ4X, primer modelo eléctrico de la marca, Toyota planea ofrecer, como mínimo, 20% más de autonomía, una carga rápida de 0% al 80% que se mantenga en los 30 minutos o disminuya, y reducir los costos de producción en 40%. En consecuencia, la firma nipona trabaja en el desarrollo de baterías que, a medida de presentarse, incrementarán la autonomía estimada, entre otras novedades.
Por un lado, están las baterías NCM (niquel, cobalto y manganeso) “Performance”, que se estima contarían con una autonomía de 1.000 kilómetros. A dicha cifra se llegaría si el vehículo que las porta cuenta con un diseño muy aerodinámico y un motor eléctrico más compacto que el empleado en el Bz4X, lo que haría disminuir el peso del modelo.
Además, Toyota desarrolla baterías de iones de litio de alto rendimiento, que ganarían 10% de autonomía con respecto a las “Performance” (1.100 km) y cuyo costo de producción se reduciría en la misma proporción.
También estarán las baterías de estado sólido, en las que la automotriz asiática trabaja desde principios de 2022, y con las que espera ganar un 20% de autonomía, al compararlas con la “Performance”, por lo que llegaría a los 1.200 km. También mejoraría las prestaciones de carga, puesto que el paso del 0% al 80% se realizaría en solo 10 minutos… o incluso menos. Un detalle adicional: Toyota trabaja en dos tipos de baterías de estado sólido; al respecto, se espera que logren 50% más de autonomía que la “Performance”, con lo que llegarían a los 1.500 km, nada menos.
Producción e hidrógeno, otros puntos a modificar
Además de lo mencionado acerca de las baterías, Toyota anunció que invertirá en su producción de vehículos eléctricos, con el fin de adoptar un sistema similar al Giga Press de Tesla y hacerla más eficiente. Por último, la marca volvió a hablar del hidrógeno, esta vez como integrante de las celdas de combustible, y como parte clave de una nueva división dentro de la marca, que se presentará en julio y que se especializará en el uso del químico.