Se terminó la historia para la marca del óvalo azul en Rusia. Ford dejó el país del vodka luego de ser el principal fabricante de vehículos en esa nación hace unos 20 años, para luego cerrar dos fábricas en 2019, debido a las grandes pérdidas. Sin duda, el golpe de gracia fue el conflicto bélico con Ucrania, que hizo suspender toda la fabricación de automóviles en marzo de este año y ahora oficializó la finalización de su alianza con Sollers y la retirada definitiva del país que gobierna Putin.
Ford anunció que completó la venta de su participación del 49% en Ford Sollers, y sus acciones se transferirán a la empresa conjunta por un valor nominal. El fabricante de automóviles conserva el derecho de recomprar las acciones dentro de un período de cinco años, en caso de que cambie la situación global.
En consecuencia, Ford ya no tiene presencia en Rusia luego de la suspensión total de todas las operaciones, incluyendo fabricación, suministro de piezas, TI y soporte de ingeniería.
Ford tampoco tiene operaciones significativas en Ucrania, pero varios ciudadanos de dicho país trabajaban para el fabricante de automóviles de manera indirecta. Por eso, Ford dice que "continuará apoyándolos durante este tiempo", materializando esta ayuda con una donación de USD 100.000 al Fondo de ayuda de Global Giving Ucrania de ayuda humanitaria.
Ford fabricó en Rusia los modelos Focus, Mondeo, EcoSport, Fiesta y Explorer, para el mercado local hasta 2019, y la Transit, hasta 2022. La marca del óvalo recurre a la misma metodología que varias otros fabricantes, como Renault, Nissan, Stellantis o Toyota, que responden al paquete de sanciones impuestas por occidente. Ante esto, los rusos se las tratan de arreglar reforzando alianzas con fabricantes chinos y resucitando viejos nombres de la era soviética, como la marca Moskvich.
