Todos sabemos que la industria se orienta definitivamente hacia lo 100% eléctrico, en especial en mercados como el de la Unión Europea, donde la combustión tiene los días contados por ley.
En consecuencia, Citroën especula en cómo sería un futuro SUV del segmento B y, fiel a su naturaleza, lo piensa bien distinto a lo que conocemos. Así nace el Citroën OLI.
Citroën OLI: un lego hecho realidad
El OLI, que se debería pronunciar muy similar a "All e" (todo eléctrico en inglés) es un laboratorio del cual la marca tomará ideas. Lo primero a lo que apunta es a reducir complicaciones, costos y peso, para lograr mejor precio y más eficiencia.
Así mismo, se trata de un concepto muy sencillo en cuanto a construcción y uso. Por ejemplo, los paneles de las puertas delanteras y los parachoques son exactamente iguales e intercambiables, mientras que el vidrio de los cristales es plano, lo cual reduce el costo de fabricación. Además, elementos como el capó, el techo y la compuerta del baúl se fabrican con cartón corrugado revestido con resina de poliuretano, un material muy ligero, sostenible y resistente.
El área de carga se puede ampliar al abatir los respaldos de los asientos posteriores, plegando los apoyacabezas de los mismos hacia el techo y deslizando el vidrio posterior en sentido diagonal. Así queda una superficie de carga plana de 994 x 1.050 mm, casi como una pick-up.
Además es ligero, no pasa de los 1.000 kilos, pese a tener 4,20 metros de largo por 1,90 metros de ancho. Esta masa contenida le permite un rendimiento muy alto. Si bien no se divulgaron datos de potencia, los objetivos son:
- Consumo de 10 kWh cada 100 km
- 400 km de autonomía
- Batería de 40 kWh
- Velocidad máxima de 110 km/h
OLI, estética Citroën
El SUV eléctrico de Citroën no solo busca innovar en su propuesta, también tiene una estética muy peculiar donde sobresalen:
- El nuevo logo de la marca
- Varios elementos en el mismo tono rojo que el logo
- Líneas rectas y curvas
- Capó horizontal y parabrisas vertical
- Ventanilla trasera más ancha, con lo que resalta el clásico quiebre de cintura de la marca
- Elementos protectores negros
- Remate trasero de tipo fastback, pero con estilo de Hummer
La simplicidad interior del Citroën OLI
En lugar de trabajar en una sala sobre ruedas que tenga que acarrear miles de kilos de un lado para otro en elementos ostentosos, la casa del doble chevron uso su conocida simpleza.
Además de las puertas traseras suicidas y la ausencia del paral central (típico de un concepto y menos factible en producción), la marca propone soluciones que inclusive recuerdan al 2CV, como la base de los asientos que usan fibras naturales, que los hace más ligeros y van unidos al piso con piezas que absorben impactos.
El tablero también es simple y, contrario a la corriente actual, carece de pantalla y ofrece controles físicos para elementos como la climatización.
En lugar del equipo multimedia hay un espacio para fijar el celular y un sistema de proyección de información en el parabrisas, todo controlado desde el volante.