Lamentablemente, la pandemia de coronavirus hizo que la cadena de producción quedara interrumpida por mucho tiempo.
Si bien, con el paso de los meses las plantas volvieron a normalidad, surgió un problema que afecta de nuevo a la industria automovilística desde hace más de un año: la escasez de chips.
Este problema ha provocado pausas en la producción de casi todos los fabricantes de automóviles, lo que genera cuellos de botella en la cadena logística y, por ende, falta de unidades para su venta en los distribuidores.
Cuando se pensaba que esto se normalizaría en cuestión de meses, la realidad es que todo se complicó, debido a que aumentar la producción de chips no solo depende de presionar un botón, sino que requiere de una mayor logística.
Ante esta situación, el director financiero de Volkswagen Group, Arno Antlitz, menciona específicamente que los niveles de producción y suministro de chips mejorarán entre 2022 y 2023; sin embargo, no se restablecerán por completo antes de 2024.
Antlitz señala que es probable que los problemas en la cadena de suministro global disminuyan para finales de 2022; no obstante, la escasez persistirá, debido a la demanda en constante crecimiento de muchas industrias, como la de tecnología, por ejemplo.
