Después de una serie de peticiones ante el Congreso de Estados Unidos, finalmente los fabricantes de automóviles, con una capacidad de producción limitada, tienen la autorización de realizar réplicas de otros modelos.
De ahora en adelante, los talleres especializados pueden recrear y comercializar réplicas de autos que asemejen a modelos producidos hace 25 o más años.
Este permiso se otorgó luego que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos, puso fin a una regulación (establecida en 2015) para implementar la Ley de Fabricantes de Vehículos de Motor de Bajo Volumen liderada por SEMA.
Por medio de la nueva ley de réplicas de autos y los reglamentos de implementación, es posible que un fabricante de bajo volumen construya hasta 325 unidades, aunque queda sujeto a la supervisión regulatoria federal.
Además, los fabricantes de vehículos de bajo volumen primero deben registrarse con la NHTSA, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) antes de vender vehículos, un proceso que puede llevar varios meses, para luego presentar informes anuales sobre la producción de vehículos.
Otra de las exigencias a los fabricantes de autos replica, es que los vehículos cumplan con los estándares de emisiones del año del modelo actual, lo que indica que deben tener un motor moderno o ser eléctricos.