El rápido desarrollo de la movilidad eléctrica en los principales polos de la industria automotriz mundial cuenta con varias iniciativas interesantes. Una de ellas comenzó en 2016 y tiene como protagonista al etanol.
El combustible más utilizado en países como Brasil resulta central en el trabajo que Nissan adelanta desde hace cinco años y que se denomina SOFC, cuya traducción al español refiere a un sistema de celdas de combustible de óxido sólido.
La tarea llevada a cabo por la marca japonesa con su tecnología “e-Bio Fuel-Cell” resulta una variante de las celdas de hidrógeno, con la diferencia que, en vez de emplear dicho químico, utiliza etanol para generar la energía eléctrica que necesita el impulsor eléctrico.
#Nissan's pioneering solid oxide fuel cell vehicle will be tested on the streets of Brazil. https://t.co/8WZGCWSVw0 pic.twitter.com/aEWYc67gS7
— Nissan Motor (@NissanMotor) August 4, 2016
Si bien su desarrollo tecnológico resulta aún más caro que el usado para los sistemas con base en hidrógeno (que de por sí no son nada asequibles), el hecho de cargar el tanque de combustible en un surtidor ya creado hace décadas compensa el gasto que supone la producción de hidrógeno, debido a su complejidad y peligro.
Por el momento, el sistema SOFC garantiza 600 kilómetros de autonomía con ocho galones de etanol (75 kilómetros por galón) en la Nissan e-NV200, vehículo cuya batería es de 24 kWh y que es la elegida por la firma nipona para las pruebas del SOFC que adelante en Brasil.