Ford está probando dos robots llamados Fluffy y Spot de Boston Dynamics, compañía reconocida por construir funcionales y sofisticados equipos robotizados. En este caso, se trata de un par de unidades cuadrúpedas que colaboran en la planta de transmisiones Van Dyke, ubicada en Michigan (EE. UU.)
Cada uno pesa 31 kilos, lucen un vistoso color amarillo y se comportan como un fiel canino; es decir, pueden seguir órdenes, sentarse, dar la mano y darse vuelta, aparte obviamente de realizar escaneos con cámaras de 360° y subir escaleras durante horas.
Equipados con cinco cámaras, los robots pueden desplazarse hasta a 4,8 km/h con una batería que dura cerca de dos horas; en principio, se utilizarán para escanear la planta con tecnología láser y asistir a los ingenieros en actualizar el diseño computarizado original, que es utilizado cuando las factorías necesitan expandirse.
“Diseñamos y construimos la planta. Luego de esto, con el paso de los años, se realizan cambios que rara vez son documentados. Teniendo estos robots que escanean nuestras instalaciones, podemos observar cómo se ven realmente ahora y construir un nuevo modelo de ingeniería. Este modelo digital es utilizado, luego, cuando necesitamos reabastecer nuestra planta para nuevos productos”, señala Mark Goderis, gerente de ingeniería digital de Ford.
Hasta series de televisión, como Black Mirror, se han inspirado en los perros-robot de Boston Dynamics.
Sin los robots, la actualización sería mucho más tediosa
Los robots cuadrúpedos hacen parte de un programa piloto de manufactura de Ford, diseñado para ahorrar tiempo, reducir costos y aumentar la eficiencia. En este caso, los robots pueden programarse para seguir una ruta específica que puede ser operada desde 50 metros de distancia a través de una aplicación dedicada que se descarga en una tableta.
Los robots tienen tres formas de desplazarse: caminar por piso firme; ritmo pausado para terrenos irregulares y un modo especial para escaleras. Así mismo, pueden cambiar posiciones de cuclillas a estirados, lo que les permite desenvolverse por áreas difíciles y poco accesibles en la planta. También pueden operar en terrenos específicos, como rejillas o pendientes de máximo 30°; si se resbalan, pueden ponerse de pie por sí solos. Además de autoprotegerse pueden mantener distancia de los objetos para prevenir accidentes.
La clave del éxito
La gran virtud de Fluffy y Spot es su agilidad, dice Paula Wiebelhaus, quien controla su robot a través de un dispositivo similar al que se utiliza en los videojuegos (incluso el control tiene botones extraídos directamente de un mando de Xbox) y que le permite ver de forma remota la visión de la cámara. Si ocurre algún incidente, el control posee una función para detenerlo y evitar que choque contra algo.
A veces, Fluffy se sienta en sus caderas robóticas y se acomoda en la parte trasera de un pequeño y redondo Robot Móvil Autónomo (RMA) conocido informalmente como “Scouter”. Cuando el RMA se pasea suavemente a través de los pasillos de la planta, permitiéndole a Fluffy conservar su batería hasta que es tiempo de ponerse a trabajar. Scouter puede navegar las instalaciones de forma autónoma al mismo tiempo que escanea y captura en 3D nubes de puntos para generar un diseño CAD de la planta. Si un área es muy angosta para Scouter, Fluffy llega al rescate.
“Hay áreas en la planta que no quieres caminar porque resultan muy difíciles para maniobrar. Es más fácil y seguro enviar allí a Fluffy”, dice Wiebelhaus.